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viernes, 4 de octubre de 2013

Entendiendo el shutdown

En el fondo, esto va mucho de quién tiene algo que perder y quién no:

Obama tiene poco que perder: 
Se acabaron los días en los que los republicanos podían sacarle grandes concesiones. El presidente acaba de presentarse a las últimas elecciones de su vida y las ha ganado, así que durante los años que le quedan su necesidad de hacer amigos es relativa. De hecho a estas alturas es poco probable que logre aprobar grandes medidas, con lo que su principal ocupación es proteger su legado y en este caso, su joya de la corona, la Reforma Sanitaria u Obamacare.

La mayoría de los republicanos de la Cámara de Representantes tiene poco que perder:
A través de años de retocar el mapa electoral han creado unos distritos electorales tan seguros que la mayoría de ellos no tiene la más mínima posibilidad de caer derrotado ante un demócrata. Lo que de verdad temen es un desafío en las primarias republicanas a manos de un candidato más conservador y por eso tienen bien poco que perder cone sto. De hecho, para la mayoría de los congresistas republicanos, cuanto más tensen la cuerda mejor.

Los demócratas tienen poco que perder:
Las encuestas lo dicen claro. El público no entiende el empeño en cerrar el gobierno para cargarse Obamacare y están dispuestos a culpar a los republicanos, en parte porque ya han visto esta película en anteriores crisis. Una vez más la maniobra encaja perfectamente en el relato que los demócratas quieren hacer de los republicanos: irresponsables, extremistas, etc...  Y de momento van ganando.

Boehner tiene mucho que perder:
El puesto, para empezar. El ala más extremista de los suyos ni le aprecia ni le respeta, pero le puede hacer caer. No es como si no lo hubieran pensado antes y una nueva historia de "ha vuelto a ceder" es toda la excusa que necesitan. Lo más probable es que Boehner ni siquiera quisiera armar este lío pero el "sector duro" le llevara a ello. Otra teoría interesante es la siguiente: Boehner quiere pactar con Obama en lo verdaderamente importante, el techo de gasto que se alcanzará el 17 de octubre, así que antes necesitaba dar batalla para dejar contentos a los suyos antes de decepcionarlos.

Wall Street tiene mucho que perder:
A la economía nada le asusta más que el desorden. ¿Funcionarios a casa sin cobrar y oficinas federales cerradas? Eso es desorden, pero ¿EEUU entrando en suspensión de pagos por primera vez en la historia porque el Congreso se niegue a elevar el techo de deuda? Eso es caos y es entonces cuando Wall St. levanta el teléfono y llama a los republicanos cuyas campañas paga y les dice que el juego ha estado bien, que se han divertido pero que ya es hora de volver a la normalidad. Ahora mismo el juego está entre las bases radicalizadas que dominan las primarias y los ricachones que pagan las campañas.

De propina: lo que es imposible es que haya acuerdo sin que los republicanos salven la cara. Obama tendrá que ceder algo, probablemente no en Obamacare, pero algo.

La bola de cristal: yo no me imagino un escenario en el que no aumente el techo de deuda antes del 17 de octubre. Los republicanos todavía pueden argumentar que el 'shutdown' es culpa de Obama por no querer negociar, pero lo otro sería enteramente su responsabilidad.

lunes, 23 de septiembre de 2013

De nuevo ante el abismo: el último intento para cargarse 'Obamacare'

Y aquí estamos otra vez. Tras haber intentado anular la reforma sanitaria de Obama de todas las formas posibles, los republicanos que controlan la Cámara de Representantes han disparado su último cartucho: han aprobado un presupuesto para el gobiernop del que han retirado todo el dinero destinado a la reforma. En otras palabras, un chantaje al presidente: o renuncias a tu medida estrella o echas el cierre al gobierno en menos de un mes por falta de dinero. Ya explicamos en su día las consecuencias de algo así.

Una nueva vuelta de tuerca del lado más extremo del partido republicano. Poco importa que incluso muchos de sus miembros, sobre todo en el Senado, lo critiquen. No sólo los que consideran que es trafullero legislar por la puerta de atrás sobre una ley ya aprobada, confirmada por la Corte Suprema y pasada por elecciones; también los que piensan que es un error estratégico porque ni el Senado ni Obama aprobarán jamás algo así y además su partido cargará con la culpa si el gobierno tiene que cerrar sus puertas.

Al final todo es un juego de quién se lleva las culpas y el ala extremista que controla la Cámara piensa que puede sacar algo del asunto aunque Obama no ceda. Como mínimo la publicidad que tiene en círculos conservadores cualquiera que se oponga a Obamacare y tal vez una posición fuerte para negociar el acuerdo final. Cuando llegas a la mesa pidiendo el cielo, es razonable pensar que como mínimo saldrás convirtiendo en permanentes los recortes presupuestarios que trajo el 'sequester'.

De propina: me dejaba otra joya de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, también esta semana. Quitarles la ayuda de alimentos a cuatro milones de pobres. Otra más con pocas posibilidades de salir adelante pero que ya ha dejado una frase para la historia en boca del congresista Kevin Cramer "quien no quiera trabajar que no coma". 

La bola de cristal: y entre estas peleas presupuestarias se acabó el tiempo. Aunque queden aún tres años de mandato de Obama, se nos echa encima la campaña de las elecciones de mitad de mandato que se solapara con unas intensas presidenciales en 2016. Yo ya pronostico que no habrá reforma migratoria y por descontado que salvo gran sorpresa, tampoco control de armas.

jueves, 6 de junio de 2013

Cuando muere un senador

En esta vida política coreografiada al segundo hay ya pocos acontecimientos que dependan enteramente del azar, que sean por completo imprevisibles. Pero la muerte, de momento, sigue viniendo sin anunciarse en la mayoría de los casos y el pasado lunes visitó al senador demócrata de New Jersey Frank Lautenberg. Hubo elogios y también alguna lágrima, pero todo eso ocupó un espacio mínimo al lado de la gran pregunta urgente ¿qué pasa con su asiento en el Senado?

La decisión dependía del gobernador Chris Chistie, un republicano moderado que tiene encandilado a un estado de fuerte tradición demócrata y que quiere ser presidente en 2016. La ley le ofrecía tres opciones:
  1. Nombrar un sustituto de su agrado para que ocupe el escaño hasta que acabe el mandato del senador fallecido, en noviembre de 2014. Era la opción preferida de su partido porque daría al candidato tiempo para lucirse en el Senado, recaudar dinero y hacerse querer por los votantes. En un estado que no tiene un senador republicano desde 1979 era casi la única esperanza de victoria para el partido, pero además significaba que los republicanos del Senado contarían con un muy necesitado voto adicional. Los demócratas se daban cuenta perfectamente y dijeron bien alto que retrasar hasta entonces la elección era una manipulación, que había que preguntar a los electores.  
  2. Nombrar un sustituto hasta la siguiente cita electoral normal, la elección a gobernador del 5 de noviembre de este año. Los demócratas estarían de acuerdo y los republicanos se enfadarían, pero sería un opción barata de acudir pronto a las urnas sin convocar una elección especial.Hasta ahí bien pero la opción representaba un riesgo para el propio Christie. El demócrata más popular del estado, el alcalde de Newark Cory Booker, quiere presentarse al Senado y a Christie no le interesa coincider con él en la papeleta electoral. El gobernador tiene prácticamente asegurada la reelección pero si Booker ilusiona al electorado demócrata para que acuda a las urnas para enviarle al Senado, puede que ya de paso voten por cualquier demócrata que se presente contra Christie. 
  3. Nombrar un sustituto convocar una elección especial separada sólo para cubrir la vacante del senador muerto. Los demócratas estarían encantados de poner a Cory Booker en el Senado sin tener que acurdir a las urnas el mismo día que se vota al ultrapopular gobernador Christie, pero los republicanos renunciarían a sus pocas posibilidades de victoria. Además, supondría convocar una elección más, con el gasto público que eso supone.

¿Cuál creéis que ha escogido? Pues la opción tres, evidentemente. Ha preferido enfadar a su partido y costarle un asiento en el Senado a arriesgar aunque sea mínimamente su reelección. New Jersey irá a las urnas a escoger senador apenas dos semanas antes de la elección normal a gobernador. Chris Christie ha dicho que "ni sabe el precio de la elección ni le importa", pero debería. Se acaba de ganar unos cuantos enemigos más entre los republicanos de cara a las primarias presidenciales de 2016: los que le echarán en cara el derroche de tener dos elecciones por motivos partidistas y los que le acusarán una vez más de simpatizar con los demócratas. Después de haberse hecho fotos con Obama en la última campaña, esto seguro que también se lo recordarán.

De propina: la confirmación de que la National Security Agency recopila los datos de consumo telefónico de millones de estadounidenses es indignante, y va camino de abrir un nuevo frente para la Administración Obama cuando ya tiene acusaciones serias de ejercer de Gran Hermano. Se puede hacer gracias a las leyes del pánico aprobadas tras el 11-S por Bush, pero eso no le quita ni pizca de importancia.

La bola de cristal: y como era de esperar, los dos inspectores de impuestos a los que el gobierno les ha cargado encima el escándalo, dicen que actuaban obedeciendo órdenes de arriba. No hemos visto ni mucho menos el último capítulo del escándalo del IRS.

lunes, 20 de mayo de 2013

Obama capeando el temporal

La navidad ha llegado con seis meses de adelanto para los republicanos. La revelación de que el IRS inspeccionó a grupos conservadores por motivos ideológicos es el escándalo perfecto para unir al partido: hace realidad todas las paranoias de "gobierno Gran Hermano" de los libertarios y la maldad instrínseca que los republicanos ven en Obama. Todos ganan, salvo la Casa Blanca.

Además el momento también es bueno. Justo después de las últimas revelaciones sobre el fiasco del consulado de Bengasi y poco antes de que el Departamento de Justicia reconociera haber pinchado telefonos de periodistas de Associated Press. Lo suficiente para que dé la impresión de que a la Casa Blanca se le acumulan los problemas y así poner al presidente a la defensiva. Tampoco ayudó que el presidente tardara tres días en salir a dar explicaciones. Para cuando dijo que se había enterado del asunto por la prensa, que le parecía inaceptable y anuncio el despido del jefe del IRS ya era tarde.

Por suerte para el presidente, los republicanos saben que les ha caído una bendición del cielo pero tienen muy claro qué hacer con ello. Empezó el presidente de la Cámara de Representantes John Boehner muy contundente: "no me interesa quién va a dimitir por esto, me interesa quién va a ir a la cárcel". Otros incluso hablaban ya de impeachment y sacaban comparaciones con Nixon. Sin embargo ahora les ha entrado un miedo bien justificado a pasarse de frenada. En el el fondo saben que Obama está de retirada y tienen que buscar escándalos que lleguen vivos a las elecciones de 2016.

Lo que es indudable es que el clima ha cambiado y que por primera vez desde el pasado noviembre el viento sopla del lado republicano. Cierto es que no sería el primer escándalo que Obama esquiva con habilidad. Temas como Fast&Furious o el siempre pospuesto cierre de Guantánamo no le han hecho mella. Esto, sin embargo, es diferente. No es un asunto extranjero ni una rareza conspirativa, ni el desastre lejano de Bengasi ni la indignación periodística de lo de AP... Como decía un analista esta semana, la diferencia es que no hay un sólo estadounidense que no sepa qué es y qué hace el IRS. Por la cuenta que les trae cuando presentan la declaración de la renta.

De propina: y parece que el propio IRS ya tiene sus culpables. Dos empleados de la oficina de Cincinatti que habrían sido "demasiado agresivos" con los grupos de derecha. Me resulta extraño que nadie de arriba supiera nada.

La bola de cristal: por no decir que es imposible.

martes, 19 de marzo de 2013

La 'autopsia' republicana

Perder la presidencia duele y perderla dos veces seguidas, mucho más. Tras 2008 el partido republicano le echó la culpa unánimamente a los 8 años de gobierno de George W. Bush y al entusiasmo levantado por Obama pero esta vez no hay excusa. Por eso el partido se ha puesto a la tarea de analizar las causas con franco entusiasmo y hasta algo de morbo.

En las casi cien páginas del "Proyecto Crecimiento y Oportunidad" el Comité Nacional Republicano que encabeza Reince Priebus no ahorra críticas al modo en que se han hecho las cosas pero además ofrece soluciones. Reconoce que hasta ahora el partido ha 'aterrizado' en las calles apenas unos meses antes de las elecciones y que lo que hace falta es fomentar los movimientos de base y voluntarios que estén sobre el terreno de forma permanente. Pero señala que el verdadero problema va más allá de las organización electoral: el informe pinta un partido rígido, anclado en el pasado e incapaz de conectar con los ciudadanos más allá de sus votantes tradicionales mayores y blancos.

Por eso el documento, que trata de no entrar mucho en temas específicos, sí que invita al partido a apoyar claramente una reforma migratoria que suavice la ojeriza que le tienen los votantes hispanos. Para eso anuncia una inversión de 10 millones de dólares para llegar mejor a las minorías pero en un aspecto más general, invita a sus líderes a ser más sensibles con la gente que lo pasa mal y no ser tan rígidos a la hora de vigilar el gasto. Dice el informe que a las personas que sufren "no les importa si la ayuda viene del sector privado o del público, sólo quieren ayuda. En lugar de conectar con las preocupaciones de los votantes, demasiado a menudo sonamos como contables".

Más allá de esas recomendaciones, el documento propone cambiar el modo en que el partido elige a su candidato a presidente.No es la primera vez que se señala que la larguísima temporada de primarias de 2012 y sus destructivos debates contribuyeron a hundir a Mitt Romney en la general. Por eso el partido quiere que se concentren más las primarias que van después de las cuatro primeras (Iowa, New Hampshire, South Carolina y Florida), un movimiento que beneficiaría a los candidato más conocidos y mejor financiados a expensas de aquellos que buscan la sorpresa.

Una catarata de críticas y buenas intenciones que aún está por ver cómo se traslada a la realidad. Eso, y qué tal se lo toman las bases que son la raíz del sentimiento anti-inmigración y anti-gasto, por poner sólo dos ejemplos. El locutor conservador Rush Limbaugh, para sorpresa de casi nadie, ya ha dicho que el partido republicano no necesita cambios.

De propina: Los candidatos siguen posicionándose de cara a las primarias de 2016. Rand Paul se une a los republicanos que impulsan una reforma en la inmigración con posible ciudadanía para los sinpapeles. Hillary Clinton, por su parte, ha cambiado su postura pronunciándose a favor del matrimonio gay. Los demócratas que votan en primarias lo apoyan sin duda alguna y el país vive el máximo histórico de aceptación, el 58% de los estadounidenses cree que debería ser legal.

La bola de cristal: el problema republicano no es su imagen, son sus políticas. Si no cambian las políticas que más separadas están hoy del "americano medio" da igual cuánto invierta en publicidad destinada a los hispanos.

martes, 12 de marzo de 2013

¿Un tercer Bush en la Casa Blanca?

Tal vez a él no le gustaría mucho el titular, por eso del énfasis en el apellido, pero desde luego está cada día más claro que Jeb Bush tiene toda la intención de presentarse a las primarias republicanas para la elección presidencial de 2016. No hace falta casi señalar que Jeb es hijo de George H.W. (presidente 41) y hermano pequeño de George W. (43), pero ese no es su único argumento,

El 'nuevo' Bush fue elegido gobernador dos veces en Florida, un estado importante y difícil de gobernar en el que es el único republicano de la historia que ha completado dos mandatos enteros. Además a nadie se le escapa que es un estado clave en las primarias y en la general. Cierto es que dejó el cargo hace ya seis años y las cosas han cambiado mucho pero tras la debacle de Mitt Romney, Jeb parece cubrir muchas de las debilidades que quedaron a a la vista en el último ticket republicano.

Casi asegura el swing state de Florida, sin el que un republicano lo tiene imposible para ganar; además puede lograr un porcentaje mucho mayor del voto hispano: tiene un buena historial con la comnidad, habla nuestro idioma y no hay que olvidar que su su mujer Columba es latina y nacida en México. A todo esto hay que sumarle la espectacular capacidad recaudatoria y de contactos de la familia Bush. Dos presidencias dan para mucho.

Él ahora mismo cumple su papel de hacerse el interesante, sin ir más lejos el domingo pasado el el programa político por excelencia de la televisión, Meet the Press. La pregunta obvia era si "considera" presentarse a presidente para 2016:
"Sois como adictos al crack. Realmente estáis obsesionados con esto de la política. Ok, adictos a la heroína. ¿Así mejor?"
Pasando por alto esta manera absurda de hacerse el tonto cuando le preguntan lo que ha ido a que le pregunten, la respuesta está tan vacía de contenido como corresponde a futuro candidato. Además él es el primero que ha alimentado de forma poco discreta los rumores, atajando incluso el espinoso asunto del apellido, esa gran duda de si tras el desastre del segundo mandato de su hermano el electorado está listo para un nuevo presidente Bush:
"No creo en absoluto que lleve una carga por ser un Bush. Quiero a mi hermano, estoy orgulloso de sus logros. Quiero a mi padre. Estoy orgulloso de ser un Bush y si me presento no será porque es algo a lo que me oligue el ADN, sería porque es lo correcto para mi familia, porque las condiciones son las correctas y porque tenga algo que ofrecer"
La maquinaria ya está en marcha, a nadie se le escapa que la fundación educativa fundada por Jeb puede ser un magnífico germen para su campaña. En ella trabajan asesores políticos de primer nivel y además tiene ya presencia en 40 estados. Es por este grado de preparación que también llama la atención algún que otro error de novato como el de su libro sobre inmigración. Ha sorprendido a muchos hispanos que alguien a quien consideraban cercano se niegue a ofrecer una vía para que los sinpapeles reciban la ciudadanía. Él dice que lo escribió el año pasado "en otro ambiente" y que tal vez "hoy escribiría algo diferente". Más allá de la polémica en sí, su reacción le hace parecer un oportunista.

De propina: la capacidad de Donald Trump para hacerse cada semana un hueco en el periódico es ciertamente notable... Esta vez, se ofrece pagar para que se reanuden los tours de la Casa Blanca cancelados por los recortes del 'sequester'.

La bola de cristal: y aunque hay mucho experto explicando porque Jeb Bush no puede ganar sólo por su apellido, yo digo que al menos se va a presentar y que si logra la nominación puede ser un rival formidable para cualquier demócrata.

domingo, 10 de marzo de 2013

Cenando con su enemigo: Obama tiende puentes

Lo único bueno de llevar una semana peleando con esta maldita gripe es que a uno le deja tiempo para actualizar el blog... Por lo menos eso!

Dos horas y veinte minutos han sido suficientes para cambiar, aunque sea un poco, el clima en Washington. Las dos horas y veinte minutos que duró la cena del presidente Obama con un selecto grupo de doce senadores republicanos el pasado miércoles. Tras un primer mandato de oposición salvaje y un inicio del segundo con una Casa Blanca muy combativa, el fracaso a la hora de evitar la entrada en vigor del 'sequester' puede haber templado lo suficiente los ánimos como para que sepueda pensar en llegar a acuerdos.

Parece que todo el mundo salió con un buen sabor de boca y la cordialidad del encuentro ha encendido de nuevo las conversaciones sobre un posible "Grand Bargain", es decir, un gran acuerdo a largo plazo para reducir el déficit en el que los republicanos accedan a subir los impuestos y los demócratas a recortar la espiral de gasto provocada por programas sociales de 'entitlements' como Medicare o Social Security. Al menos hay esperanza, como ha apuntado uno de los asistentes, el senador republicano Tom Coburn:
"Es el primer paso que el presidente ha dado para acercarse y hacer como otros presidentes en el pasado -- desarrollar relaciones y construir confianza. Si continuan haciendo eso, así es como se empieza a conseguir hacer algo"
Además de su cena con esos senadores que podriamos llamar moderados, Obama ha estado permanentemente al teléfono con otros republicanos y ha invitado a comer en la Casa Blanca a los dos pesos pesados de la Cámara de Representantes en materia de presupuestos: el republicano Paul Ryan y el demócrata Chris Van Hollen. Para esta semana además va a visitar el Capitolio para reunirse con cada uno de los dos partidos en las dos cámarar. El presidente se ha puesto manos a la obra en la causa del bipartidismo al darse cuenta de que si no, poco futurohay para sus planes sobre el déficit pero también en materia de inmigración, armas, energía...

En este nuevo enfoque Obama no sólo abandona la retórica dura de los últmos tiempos sino que también cambia lo que ha sido su forma habitual de relacionarse con el Congreso: hasta ahora el presidente había dejado que el vicepresidente Joe Biden se ocupara de pelear en el Capitolio y él había tratado casi exclusivamente con el líder republicano John Boehner. Ahora intenta precisamente lo contrario, cultivar lazos con legisladores de a pie y excluir en cierto modo al speaker Boehner y al líder republicano en el Senado Mitch McConnell, que sin ir más lejos se han cerrado en banda a hablar siquiera de nuevos impuestos.

Por si alguien le interesa, por cierto, fue Obama personalmente el que se hizo cargo de la factura de la cena con los senadores. Todo sea por el acuerdo.

De propina: el país tiene ganas de acuerdo, desde luego, si no es difícil explicarse esta frase de todo un conservador como el exsenador y hoy gobernador de Kansas, Sam Brownback "Necesitamos a Ted Kennedy. Es difícil decirlo para un tipo como yo, pero Ted hablaría con los del otro lado y diría 'por el bien del país, necesitamos resolver este prolema'. Necesitas gente que tome la responsabilidad así"

La bola de cristal: Obama dijo a los senadores que habría que llegar a un "Grand Bargain" en tres o cuatro meses. Yo creo que si no es en ese plazo, no será.

viernes, 1 de marzo de 2013

Obama vence en la batalla de las nominaciones

El presidente Obama se la jugó con el nombramiento de su gobierno y de momento, le sale bastante bien. Más confiado que en su primer mandato, incluyó figuras polémicas a sabiendas de que su confirmación en el Senado levantaría una buena polvareda. Cogió a un excandidato presidencial como John Kerry para secretario de Estado, pero su experiencia y contactos tras décadas en la cámara hacían difícil pensar. El gran escollo iba a ser la oposición al nombramiento del exsenador Chuck Hagel como secretario de Defensa. Ya lo contamos aquí: un republicano, sí, pero también el peor azote de George W. Bush contra el fracaso de la guerra en Iraq y on n historial complejo hacia Israel.

Pues bien, a pesar de las reticencias iniciales y de una actuación bastante desastrosa en su interrogatorio ante el comité, Hagel ha sido confirmado por la cámara. Los republicanos no tuvieron el cuajo o los argumentos necesarios para filibustear la votación y su nombramiento salió adelante por 58 votos contra 41, logrando incluso que cuatro de sus excompañeros de partido le dieran el sí. Una victoria para el presidente Obama que hace gala así de un renovado músculo políticoy bastantes menos complejos de cara a este segundo mandato.

Tras Kerry y Hagel, también ha recibido el visto bueno del Senado Jack Lew, que por tanto pasa de ser jefe de gabinete de Obama a secretario del Tesoro. Aunque las fuertes críticas a Hagel le han hecho pasar desapercibido, lo cierto es que su confirmación tampoco estaba asegurada. Durante su etapa en la Casa Blanca no había hecho demasiados amigos en el Senado y además su historial financiero tenía algún que otro punto oscuro, pero con todo ello ha logrado la luz verde en una cómoda votación 71-26 llevándose inluso una veintena de votos republicanos.

Al presidente aún le quedan muchas confirmaciones pendientes, como la controvertida apuesta por John Brennan como director de la CIA.

De propina: como ya anticipamos, los políticos necesitan guardar las apariencias antes de que mañana entren en vigor los terribles recortes del llamado 'Sequester'. Puede que solo para hacerse la foto, pero el speaker John Boehner y Obama se van a ver el, viernes.

La bola de cristal: ...y no creo yo que sirva para nada.

martes, 26 de febrero de 2013

SEQUESTER El juego de la culpa

Este próximo viernes, uno de marzo, entra en vigor el llamado 'sequester". Ya explicamos por aquí que es un conjunto de recortes presupuestarios automáticos por valor de 85.000 millones que hacen peligrar la recuperación económica. Pues bien, a tres días de ese desastre, nada se mueve. No hay reuniones previstas ni se está negociando, parece que la Casa Blanca y los republicanos han asumido que van a hacerse realidad y ya han pasado al siguiente capítulo: tratar de echarle la culpa al otro.

Los republicanos defienden que todo esto del 'sequester' fue para empezar idea de Obama y que por tanto, la culpa de los desastres por llegar es del presidente. Los demócratas, por el contrario, dicen que los republicanos se niegan a negociar sólo para salvar a los ricos de pagar más impuestos. La gracia es que toda esta historia se diseñó para 'meter miedo', es decir, para ofrecer una alternativa tan terrible que a los republicanos y a los demócratas no les quedara más remedio que llegar a un acuerdo... pero incluso ellos mismos han minusvalorado su capacidad para encabezonarse.

El viernes se acerca inexorable y los diferentes departamentos del gobierno federal tienen que empezar a pensar de dónde recortar y tienen alrededor de un mes. Los expertos pronostican despidos de empleados públicos, ralentización de servicios...

De propina: en este juego destructivo de echarse la culpa, parece que Obama va ganando. Según esta encuesta el 45% de los estadounidenses piensa que el 'sequester' es responsabilidad de los republicanos y sólo un 32% mira hacia el presidente.

La bola de cristal: y lo peor está aún por llegar. El 27 de este mes concluye el último aplazamiento del presupuesto así que si congresistas y senadores no toman cartas en el asunto, habrá que echar el cierre al gobierno... con las consecuencias que ya explicamos la última vez que surgió el problema.




jueves, 21 de febrero de 2013

SEQUESTER el uno de marzo se acaba el mundo... otra vez

Primero fue el techo de deuda, después el precipicio fiscal, luego de nuevo el techo de deuda y ahora el 'sequester'. Estados Unidos vive una tortura económica autoimpuesta, siempre al fino de un nuevo cataclismo económico que por suerte se ha venido evitando hasta ahora. Pero empecemos desde el principio: ¿qué es el sequester?

Es el nombre que se le ha dado a los recortes que entrarán en vigor automáticamente el próximo uno de marzo y que son resultado de los diferentes parches con los que se han superado las crisis del pasado que antes mencionaba. Para salvar la primera crisis del techo de deuda, se llegó al acuerdo de programar unos brutales recortes para finales de 2012 en la esperanza de obligar así a demócratas y republicanos a llegar a un acuerdo: los primeros por salvar los programas sociales y los segundos por evitar el recorte en defensa, que es la mitad de todo el tijeretazo previsto por el sequester. Tenían que haber entrado en vigor el pasado 31 de diciembre en lo que se llamó el precipicio fiscal o fiscal cliff, pero un acuerdo de última hora los aplazó tres meses hasta llegar a donde estamos.

A pesar de los escalofríos que les provoca el tajo que se va a llevar la defensa, los republicanos están decididos a no ceder. Su principal portavoz en temas presupuestarios, el excandidato vicepresidencial Paul Ryan, ha dicho que se negarán a cualquier acuerdo que incluya aumentar los ingresos. Dado que los demócratas se negarán a cualquier solución que pase sólo por el recorte, el drama está servido. Obama por su parte se esfuerza en poner el foco en los bomberos o militares que sufrirán las consecuencias incluso perdiendo su empleo.

El presidente quiere poner toda la presión sobre la oposición para que si no hay acuerdo antes del uno de marzo, y no parece que lo vaya a haber, los republicanos se lleven la culpa. Yo diría que tiene las de ganar porque el argumento republicano es difícil de comprender: dicen que los recortes amenazan la seguridad nacional pero los apoyan porque no quieren más deuda. El tema es que si los grandes financieros y la industria militar le ven las orejas al lobo van a presionar muy duramente a sus amigos republicanos del Congreso... y a ver hasta dónde resisten. La respuesta la tendremos de aquí al día uno.

De propina: y los republicanos llegan a la batalla en un momento complicado. Por un lado Obama está en su máximo nivel de aprobación de los últimos tres años, un 55%, mientras que sus oponentes republicanos están más bien al contrario. Sólo un 22% de los estadounidenses se consideran republicanos.

La bola de cristal: mirad que voy con tres años de adelanto y me expongo a dar un patinazo tremendo... pero aún así: creo que el presidenciable senador Marco Rubio lo lleva mal para las primarias y muy mal para las generales. Ahí queda.

lunes, 18 de febrero de 2013

¿Vuelve el McCain centrista?

Ser un republicano moderado en Arizona es difícil, por no decir imposible, si uno quiere sobrevivir a las primarias. Esa máxima se cumple incluso cuando eres un héroe de guerra, excandidato presidencial y llevas más de dos décadas en el Senado, como John McCain. Eso explica bastante bien por qué ha dado tantos bandazos en los últimos años: de maverick independiente y dispuesto a pelear contra su propio partido a disciplinado conservador para poder hacerse con la nominación presidencial republicana de 2008. Y luego de la agresividad de la campaña a tener que defender él mismo a su rival Obama ante los extremistas de su propio partido. Pero luego con la derrota y su inevitable amargor vuelta a la derecha, con la vista puesta en una difícil primaria en Arizona para seguir en el Senado...

Y aquí tenemos el siguiente capítulo. Con 76 años y el asiento asegurado hasta dentro de tres, McCain vuelve a sus raíces centristas sin poder evitarlo, porque cuando las presiones se tranquilizan no puede evitar que le traicione su carácter moderado. Por eso ha entrado en el grupobipartidista de senadores que intentan lograr una reforma a pesar de lo mucho que se enfadó con los hispanos cuando le dieron la espalda en las elecciones de 2008. Por eso ha sido el primer senador republicano en aclarar que tiene dudas sobre la nominación de Chuck Hagel como secretario de Defensa, pero que no va a detenerla mediante prácticas obstruccionistas. Por eso se ha puesto a la cabeza de su partido a la hora de apoyar la idea de controles más exhaustivos a los compradores de armas... Porque él, no es del Tea Party por mucha que le toque aparentarlo unos meses cada seis años.

De propina: Se ha filtrado al USA Today el plan de Obama de reforma migratoria, con su posibilidad de que los inmigrantes ilegales accedan a la ciudadanía en ocho años aprendiendo inglés, pagando tasas e impuestos y sin antecedentes. Malas noticias para él, porque sólo con eso ya se han calentado los ánimos partidistas y hasta los republicanos más moderados en el tema han criticado el texto...

La bola de cristal: ... porque yo me uno al pronóstico del exspeaker de la Cámara Newt Ginich. Si Obama deja que republicanos y demócratas del Congreso lleguen a un acuerdo puede ser que logre algo en matería de inmigración. Si por e cntrario lleva él la iniciativa, los republicanos votarán en contra sólo por eso.

viernes, 18 de enero de 2013

Los republicanos aflojan en la lucha de techo de deuda

Actualización: tal y como pronosticábamos los republicanos de la Cámara han optado por la senda de la tranquilidad y van a proponer una extensión de tres meses del techo de deuda para dar tiempo a que se vote un nuevo presupuesto. Sin duda sus amigos de Wall Street han llamado para calmar esos ímpetusde los congresistas que amenazaban con llevar el país al default o cerrar el gobierno.


El próximo lunes Barack Obama jurará  de nuevo el cargo de presidente en la escalinata del Capitolio. Debería ser su segunda vez pero en realidad es la tercera, porque ya sabéis que tuvo que repetir su primera investidura por un error en el juramento. El caso es como casi todo presidente recién reelegido, Obama disfruta de un dulce momento: una aprobación en las encuestas que supera el 50% que iguala algunos de los mejores registros de su presidencia.y que además coincide con horas oscuras para sus rivales. Sólo uno de cada cuatro tiene una opinión positiva del partido republicano.

Conscientes tal vez de este panorama, los republicanos van rebajando el tono de la retórica sobre la batalla del aumento del techo de deuda. Era previsible que los republicanos del Senado tomaran una actitud más conciliadora. Ahí tenemos a John Cornyn diciéndolo clarito: "Aumentaremos el techo de deuda. No vamos a  no pagar la deuda... Te lo digo inequívocamente: no vamos a hacer un default". Pero ya incluso en la Cámara de Representantes, donde la mayoría republicana es más ruidosa y luchadora, bajan las aguas más calmadas. Todo un halcón del déficit como el excandidato vicepresidencial Paul Ryan, que además preside el comité presupuestario, se plantea soluciones menos extremas que las que se planteaban hace unos días: "estamos discutiendo si apoyar un aumento a corto plazo del techo de deuda, posiblemente vinculándolo a negociaciones futuras sobre un acuerdo acerca del déficit". Lo dicho, bastante distinto de las amenazas de hacer un default o cerrar el gobierno.

Tal vez sea un mero ataque de realismo. Frente a un presidente en la cumbre de su popularidad, intentan que los suyos rebajen expectativas. Pero nunca hay que descartar una 'rebelión a bordo' de los más extremistas. Ya ha pasado antes...

De propina: por cierto que en realidad, para cumplir escrupulosamente con la ley que señala el 20 de enero, Obama y Biden jurarán sus cargos en sus residencias el domingo. El lunes será el juramento tradicional en el Capitolio, el desfile, los bailes...

La bola de cristal: a veces uno se pregunta si hay esperanza para el periodismo... Uno de cada tres estadounidenses piensan que Obama oculta cosas sobre su niñez, uno de cada cuatro creen que el gobierno sabía de antemano que se iban a producir los ataques del 11-S y uno de cada cinco piensan que Obama ganó su reelección por un fraude. En fin.

miércoles, 16 de enero de 2013

El ¿nuevo? apocalipsis: el techo de deuda

Expliquémoslo de manera sencilla: entre mediados de febrero y principios de marzo el gobierno de EEUU va a quedarse sin dinero. ¿Por qué? Pues porque recauda sustancialmente menos de lo que gasta y el resto lo pide prestado, pero hay un límite legal que dice hasta dónde puede endeudarse legalmente. En este caso la cifra mágica que está apunto de sobrepasarse es 16 billones de dólares y el único que puede evitar que EEUU haga el 'simpa' más grande del mundo es el Congreso. He ahí el problema.

Porque los republicanos que controlan la Cámara de Representantes no tienen ninguna gana de elevar el techo de endeudamiento. Están muy hartos de la multiplicación imparable de la deuda y después de tener que ceder en la crisis del fiscal cliff hace sólo unas semanas, ahora dicen que no: que sólo aumentarán ese techo exactamente en la misma cantidad que el presidente Obama se comprometa a reducir el gasto. ¿Qué dice Obama? Pues el presidente cree que se puede discutir sobre la reducción del déficit pero que desde luego, el Congreso no puede dejar de pagar las facturas a las que ya se ha comprometido, el presupuesto que el mismo Congreso ha aprobado. En otras palabras: que su oferta de recortes a cambio de aumentar el techo de gasto es exactamente cero. No habrá negociación. "No obtendrán un rescate a cambio de no destrozar la economía de EEUU".

Para Obama la cosa está clara. El gobierno está a punto de quedarse sin dinero y es responsabilidad del Congreso elevar el techo de gasto para que siga pagando pensiones, sueldos, facturas, etc... El presidente recuerda que a su antecesor Bush se lo aumentaron muchas veces sin rechistar pero la clave fundamental no es esa. La última vez que EEUU llegó al techo de deuda Obama en el verano de 2011, Obama no tuvo más remedio que ceder porque un desastre económico le complicaba la reelección, pero ahora el presidente tiene menos que perder y puede permitirse una chulería entoda regla: si los republicanos no aumentan el techo de deuda se hundirá la economía y punto, por su culpa. Ahora estos tienen varias estrategias posibles:

- Si optan por la más radical pueden simplemente no hacer nada, es decir, dejar que el país llegue a su límite de deuda. Eso supondría forzar un 'default', un 'simpa' en toda regla por el que el gobierno federal dejaría de pagar sus facturas al día. Este movimiento tiene enormes riesgos para la economía, empezando por una rebaja segura del rating del país, un encarecimiento del crédito y el regreso más que seguro de la recesión. Sin poder endeudarse, no quedaría más remedio que pagar sólo a medida que se recaudaran impuestos y tomar algunas decisiones difíciles: si vender activos como el oro federal, si retrasar el pago de algunas partidas, si dejar directamente de pagar algunas otras, qué pasa con los sueldos, con la defensa, con los pagos de deuda pública... Es una opción tan peligrosa para la reputación económica del país que resulta difícil pensar que los republicanos puedan ir tan lejos.

Tema 1 - La otra opción que les queda para mostrar fortaleza sería cerrar el gobierno federal, un shutdown. No sería la primera vez que pasa y lo que haría sería parar toda la actividad gubernamental no esencial, es decir, se mantendría seguridad y defensa y poco más, pero lo normal es que cerraran todas las oficinas federales y no se pagara a empleados ni a pensionistas. Así esperarían forzar a Obama a pactar esos recortes.

- Siempre puede forjarse un "gran acuerdo" que evite no sólo la crisis del techo de deuda, sino los brutales recortes automáticos que quedaron aplazados por dos meses en la negociación del fiscal cliff. Ahora sería tan buen momento como cualquier otro para que republicanos y demócratas lograran un acuerdo duradero sobre el déficit y el futuro financiero del país, pero hoy por hoy, no parece probable. Sí que se puede llegar a alguna solución parcial,

De propina: Os alegrará saber que la esposa del excandidato presidencial Mitt Romney, Ann, ha dicho NO a la propuesta de participar en el "Mira quién baila" estadounidense: Dancing with the stars.

La bola de cristal: la Casa Blanca va a en serio a por la reforma del control de armas, pero yo soy de los que pienso que van a fracasar y de paso a perder mucho capital político de cara a otras batallas sobre inmigración o energía.

jueves, 3 de enero de 2013

FLASHPOST No hubo revuelta: Boehner, reelegido presidente de la Cámara de Representantes

Le seguirán llamando 'Mr. Speaker' durante dos años más. A pesar de sus luchas internas, de mantener un difícil equilibrio entre los moderados y los conservadores, los compañeros republicanos de John Boehner en la Cámara de Representantes han decidido confiar en él de nuevo para que los lidere. A pesar de los rumores de revuelta entre los más conservadores y de las diferencias con su segundo al mando Eric Cantor, Boehner se ha alzado con la victoria, aunque por poco.

Boehner necesitaba 218 votos y ha logrado sólo 220: la última vez logró llevarse la totalidad de los votos republicanos pero esta vez le han fallado nueve de sus compañeros y varios más se han abstenido. La candidata demócrata Nancy Pelosi, que ya había sido elegida Líder de la Minoría, ha logrado 190 votos, le han fallado sólo cinco demócratas.


martes, 1 de enero de 2013

FLASHPOST Hay acuerdo: todos pendientes del voto

Estados Unidos cayó anoche oficialmente por el precipicio fiscal, pero parece que la caída podría ser corta y prácticamente indolora si se concreta el acuerdo al que la Casa Blanca ha llegado con los líderes republicanos del Senado. Un pacto que hace realidad la promesa electoral del presidente Obama de subir sustancialmente los impuestos a todos los estadounidenses que cobren más de 450.000 $ al año y mantener los tipos que pagan todos los que ganan menos de 250.000 $. A cambio se idearán nuevos recortes presupuestarios a lo largo de los próximos dos meses y la Casa Blanca hace ciertas concesiones fiscales a los estados.

El acuerdo ha sido aprobado con una cómoda mayoría de ambos partidos en el Senado pero ahora tiene su cita más difícil: en la Cámara de Representantes no sólo hay mayoría republicana sino que además se concentran los halcones fiscales más intransigentes, esos que se habían comprometido poco menos que a quitarse la vida antes que subir cualquier impuesto. El mundo contendrá la respiración hasta que la Cámara analice hoy el texto y lo vote, cosa que puede ser desde esta noche a los próximos dos días.

Si la cosa sale adelante, como parece, Obama se lleva un buen premio pero tampoco una victoria arrolladora, lo justo para no cabrear a los republicanos demasiado y que se lien la manta a la cabeza. El que sí sacará mucho provecho es el vicepresidente Joe Biden, que ha llevado toda la negociación y al que un éxito ayudaría mucho a fortalecer su capital político de cara a un asalto a la presidencia en 2016. Y gana desde luego la economía de todos.

sábado, 30 de julio de 2011

La guerra del techo de deuda

Hago una breve interrupción de las vacaciones porque ya me está dando vergüenza no hablar aunque sea un poquito de esta crisis del techo de su gasto y sus implicaciones políticas para 2012.

En realidad es el ejemplo más clásico de tragedia política "washingtoniana": un reloj de arena que se vacia marcando el tiempo para evitar una terrible catástrofe, lo que sólo se puede lograr mediante un acuerdo y nadie quiere ser el primero en pestañear. Por ponerlo fácil, empecemos por explicar los fundamentos: el gobierno de Estados Unidos funciona a través de un presupuesto cerrado pero además tiene establecido por ley lo que se llama un "techo de endeudamiento", es decir, una cifra concreta de dólares que es la cantidad máxima a la que puede ascender la deuda pública de país. Como siempre hace falta financiación, las cámaras del Congreso van aumentando periódicamente esa cifra para que el país pueda seguir pagando facturas y no entre en suspensión de pagos.

Siempre ha sido así. Sólo con George W. Bush se aumentó el techo de gasto más de una decena de veces sin tanto ajetreo, pero cuando la oposición controla alguna de las cámaras suele hacerle la puñeta al presidente de turno y exigir contrapartidas por sacar una vez más al país del atolladero. Hasta ahí sería normal, el típico toma y daca de la capital, pero esta vez ha irrumpido en escena el Tea Party.

En las últimas elecciones resultaron elegido un buen número de repúblicanos gracias en parte a la etiqueta del Tea Party. No se puede definir bien un movimiento tan heterogéneo pero si en algo están de acuerdo es en una cosa: hay demasiado gasto público y por tanto los honrados ciudadanos pagan demasiados impuestos. A todos esos congresistas novatos les va la vida en demostrar que son creyentes verdaderos de esta doctrina y esta crisis es la oportunidad perfecta para demostrarlo. Negar al estado la posibilidad de endeudarse más es obligarlo a gastar menos... O al menos eso dice la teoría.

El presidente Obama tiene una visión diferente, sobre todo porque si no se aumenta el techo de endeudamiento y hay que dejar de pagar facturas, le tocará a él decidir cúales son las que no se abonan. Como cada presidente que se ha visto en una de estas, Obama ha tratado de comunicarle al país que podrían tener que dejar de pagar las pensiones o las facturas de las balas que disparan sus soldados en Afganistán. Eso, además del daño que puede hacer a las finanzas estadounidenses si su gobierno entra en suspensión de pagos, empezando con el aumento de los tipos de interés y terminando por un nuevo colapso financiero.

Este panorama oscuro se tiene que salvar mediante el acuerdo entre las partes y ahí entra nuestro siguiente protagonista, el presidente republicano de la Cámara de Representantes John Boehner. Tiene la delicada misión de elaborar un acuerdo casi imposible:

1. Que contente a las poderosas fuerzas republicanas de Wall Street que quieren que el techo de deuda se eleve como sea. Son las que mantienen económicamente al partido y van a presionar todo lo que puedan para evitar una suspensión de pagos que puede costarles mucho dinero. En esto, están con Obama

2. Que no enfurezca a los halcones fiscales del Tea Party, que no quieren aumentar el techo de deuda porque dice que las predicciones catastróficas de Obama son un fraude y que lo que hace falta es gastar menos. Sólo se los puede convencer ofreciendo a cambio recortes sustanciales.

3. Que satisfaga a los candidatos de las primarias republicanas complicándole a Obama la reelección los máximo posible.

4. Y que no enfurezca tanto a los demócratas como para que rechacen de plano su propuesta con su mayoría en el Senado o como para que Obama la vete.

Su última propuesta cumplía todos los puntos menos el último. Subía el techo sólo hasta principios de 2012 para complicar a Obama en año electoral y ofrecía recortes. Pasó la cámara de milagro con el rechazo unánime de los demócratas y de algunos republicanos del Tea Party. El Senado, con mayoría demócrata, la ha rechazado sólo dos horas después con algunos votos republicanos.

El plazo se acaba el dos de agosto, aproximadamente. El acuerdo tiene que llegar ya o no llegar.

sábado, 8 de enero de 2011

Las grandes preguntas de 2011

El nuevo Congreso ya ha empezado a trabajar así que se me han terminado las excusas para alargar las vacaciones de navidad, hay que volver al posteo. Vamos a empezar por anticipar que nos traerá este año, que dicho sea de paso, os deseo muy feliz y lleno de éxitos.

¿Se presentará Sarah Palin a la nominación republicana por la presidencia?
Sobre estas fechas dentro de un año, se celebrarán los caucus de Iowa que marcan el inicio del calendario de primarias. Mucho antes de esa fecha ya se habrá un buen número de republicanos que se habrán postulado para intentar quitarle el puesto a Obama en noviembre de 2012, aunque ninguno levanta tanta expectación como Sarah Palin. ¿Dará finalmente un paso adelante y tratará de conquistar la presidencia? Yo no lo tengo del todo claro. Y además del fenómeno conservador por excelencia, qué otros republicanos se embarcarán en la lucha. Mitt Romney parece otro competidor seguro, pero también Gingrich, Thune, Barbour...

¿Cómo se las apañará Obama con la mayoría republicana de la Cámara de Representantes?
Los primeros meses de este 2011 son la última oportunidad que tendrá el presidente para avanzar algo su agenda antes de que el agresivo clima preelectoral de 2012 se instale en el capitolio. Pero acostumbrado a la hegemnía demócrata, Obama tendrá que mostrar mano izquierda y una buena dosis de centrismo si quiere conseguir alguno de sus objetivo. Además, junto con la mayoría los republicanos reciben el inmenso poder que conlleva el control del comité de supervisión del Gobierno. Sobre todo la capacidad de llamar a los altos cargos de la administración y hacerles declarar bajo juramento sobre sus meteduras de pata. Un arma política que se ha mostrado definitiva en muchas ocasiones.

¿Qué pasará con la reforma sanitaria?
Cuestionada por los tribunales y amenazada por los intentos republicanos de cortarle toda financiación, la reforma sanitaria puede consolidarse o morir este 2011. Está en el primer lugar de la lista de objetivos del GOP, bien consciente de que es un tema que apasiona a sus bases.

¿Y qué será del Tea Party?
El movimiento conservador ha sido la estrella política de 2010 pero ahora que tiene representantes en el poder, empezando por el senador de Kentucky Rand Paul, está por ver qué consistencia real mantiene. Como todos los grandes movimiento de masas sin cabeza visible, el Tea Party no tiene una estructura que le permita mantenerse ni una línea interna coherente. Este es el año decisivo para ver si tanta fiesta del té no ha sido "flor de un año"

¿Cómo avanzará Obama hacia 2012?
Para lo mal que le han ido en general las cosas, hay que reconocer que las malas noticias han hecho un daño bastante escaso a la imagen del presidente. Viendo sus cifras de aprobación se da uno cuenta de que no son boyantes, pero que parece que los fracasos de su administración no acaban de reflejarse de todo en el juicio que el público tiene de él. Aún así, una vez más, la clave está en la economía: si no saca al país de la reelección este año puede que ni todo su carisma logre salvarle de la quema en 2012.

De propina: Obama ya tiene nuevo jefe de Gabinete. El pobre pete Rouse se ha quedado con la miel en los labios y el premio se lo ha llevado un clintonista como William Daley. La izquierda vuelve a enfadarse porque su nombramiento es todo un guiño al centrismo, sobre todo viniendo de un izquierdista como su antecesor Rahm Emmanuel, sin embargo es tal vez su mejor baza para lidiar con una mayoría republicana con la que debe entenderse quiera o no.

La bola de cristal: tal vez a finales de este año disfrutemos de un resumen tan bueno como el que ha hecho Dave Barry de este 2010, una lectura imprescinble que agradecemos a Pablo Hernández.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Apurando la mayoría: Obama y los dems aprietan antes de fin de año

Puede que este año no haya vacaciones para los miembros del Congreso. Los demócratas saben que las cámaras que se contituirán en enero les son mucho menos favorables, de modo que están dispuestos a explotar el tiempo que les queda. Dicen que tienen los 61 votos para anular Don't Ask, Dont't Tell y que no les importa no ira casa por navidad. Otra cosa es el feo asunto de los impuestos...

El Senado ya ha ratificado el acuerdo al que Obama llegó con los republicanos y el público se muestra a favor, pero los demócratas liberales de la Cámara de Representantes han logrado atascarlo en el Congreso. Toda una muestra de debilidad para la Casa Blanca ya que como ha dicho el congresista demócrata Peter De Fazio, si fracasa la ratificación podría "significar el fin de la presidencia de Obama". Nada menos.

De propina: y por supuesto un juez de Virginia ha declarado anticonstitucional la parte principal de la Reforma Sanitaria. Un paso más en el camino hacia la Core Suprema que es quien al final deberá decididir.

La bola de cristal: Michael Steele se presenta a la reelección como presidente del Comité Nacional Republicano. Yo no veo como podría ganar pero tampoco lo creía posible la primera vez.

martes, 7 de diciembre de 2010

Se acabó el bloqueo: Obama pacta los impuestos con los republicanos

 No habrá bloqueo en el Senado. La cámara ha renovado los recortes de impuestos de Bush tal cual deseaban los republicanos, es decir, sin excluir a los que ganan más de 200.000€ al año. A cambio de no vetar la ley, Obama obtiene una prórroga de los subsidios de desempleo durante trece meses. Todos ganan.

Una vez que se han quitado de este asunto, puede que veamos movimiento antes de fin de año en alguna prioridad demócrata "olvidada" como Don't Ask, Don't Tell o iniciativas importantes como la ratificación del Tratado START de reducción de armas nucleares.

De propina: si uno ve la lista de candidatos republicanos a presidente del poderoso comité de "apropiaciones" no encontrará mucho abanderado de los recortes presupuestarios del Tea Party, sino más bien gastadores "pork barrel" al viejo estilo.

La bola de cristal: la indignación de Huckabee con los medios por no tomarle suficientemente en serio puede ser vista de dos maneras y una no excluye a la otra: 1) no está del todo decidido a presentarse 2) si lo hace tendrá que aprender a callarse más a menudo sus opiniones.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Arrancando 2012: los republicanos que YA compiten por la presidencia

Ninguno ha iniciado oficialmente su campaña, pero algunos ya trabajan full-time en lograr la nominación republicana a la presidencia en 2012. Vamos a ver qué andan haciendo:

Mitt Romney (ex gobernador de Massachusetts y candidato en 2008)
Romney lleva cinco años siendo candidato. Cuando tuvo que ceder ante John McCain y retirarse en 2008, nadie dudaba que regresaría pronto para buscar la nominaciónde 2012. Durante estos años ha hecho una labor callada par air asegurándose apoyos, aunque sus debilidades y fortalezas siguen siendo las mismas que en 2008 y para mí, eso es un problema.

Romney es un buen gestor y un magnífico recaudador de fondos, pero a su candidatura le falta sustancia ideológica para sobrevivira unas primarias. Romney tuvo que afirmar muchas cosas para ganar el la república socialista de Massachusetts que no van en absoluto con las bases republicanas. Esto era bien cierto en 2008 pero ahora, con el Tea Party en su apogeo y bien crecido, es casi imposible que se fien de él. Muy dividido tiene que quedar el voto blanco evangélico para que él se lleve el gato al agua. Aún así su insistente campaña indefinida ha hecho de él un hombre conocido en Iowa y New Hampshire, así que no hay que descartar nada.

Newt Gingrich (ex Speaker de la Cámara de Representantes)
El eterno posible candidato, parece que este año se lo toma un poco más en serio. Sigue teniendo predicamento en la derecha, pero su nómina de ex esposas y demás equipaje complica sus posibilidad. Su público naturall tiene nuevos héroes sin esas complicaciones.

Su principal problema siempre ha sido en el fondo la voluntad, pues siempre ha "amenazado" con presentarse desde que lideró la oleada republicana del '94 pero al final nunca se ha decidido. Este año podría ser diferente si atendemos a sus propias palabras "estoy mucho más inclinado a presentarme (...) porque estoy más inclinado a pensar que es algo posible". Él mismo ha puesto fecha a su decisión: febrero o marzo.

Sarah Palin (ex Gobernadora de Alaska y ex nominada republicana a la vicepresidencia)
El fenómeno republicano de esta década ha aprovechado bien el tiempo desde que dejó su cargo para cultivar aún más a su público en la derecha religiosa y enriquecerse, algo esencial para un candidato. Pero no parece haber usado el tiempo para encerrarse a estudiar política exterior y otras materias imprescindibles para un presidente en las que mantiene sus lagunas.

Necesitará implicarse del todo en Iowa si quiere tener oportunidades y desprotegerse un poco de la burbuja en la que lleva metida un año y que trata de apartarla de la prensa para que no meta la pata. Yo me inclino a pensar que se presentará, aunque también sería feliz ejerciendo su influencia (que es mucha) en el proceso. Sigue teniendo un problema grave con los independientes, unos negativos muy altos y una relación con la prensa muy mejorable, pero es una celebridad con acceso a mucho tiempo de televisión gratuito. Eso y su nombre, ya una marca consolidada, hacen de ella una presidenciable de primer nivel.

Mike Huckabee (ex Gobernador de Arkansas)
Esta vez podría ser la suya. En 2008 se quedó segundo a pesar de empezar como un auténtico dark horse en el que nadie creía. Impresionó a todos con un estilo que va mucho con Iowa y con South Carolina, dos estados claves en las primarias. Al final le faltó dinero, pero este año tiene la oportunidad de solucionar ese problema, de empezar antes y poner un punto más profesional a su campaña.

Su principal riesgo es la presencia de Sarah Palin porque ambos tienen un público bastante similar, pero es un candidato con muchas fortalezas y un buen campaigner.

De propina: el senador Lindsay Graham, republicano de South Carolina,  advierte que su partido podría haber logrado mejores resultados en el Senado las pasadas elecciones si no hubiera hecho "algunas elecciones pobres". Adivinad quién puede tener problemas con el Tea Party en las primarias de 2014.

La bola de cristal: tengo mucha curisidad por saber qué papel escogerá Jeb Bush, el ex gobernador de Florida, hermanísimo de George y talentoso político. No será presidenciable en 2012, pero algo hará ahora que se vuelve a hablar tanto de él.

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