lunes, 28 de mayo de 2012

¿Decepción? Los hispanos siguen apostando por Obama

Mucho se ha hablado durante estos años de la decepción hispana con Obama. Los opinadores profesionales suelen hablar de cómo el presidente se ha concentrado en su primer mandato en la reforma sanitaria, pasando de largo en sus proyectos de reforma migratoria. También se han hartado de comentar que la sociología de la comunidad hispana, si es que tal cosa existe, está cambiando y que lo hace de un modo poco favorable a los demócratas. Que el enriquecimiento de las nuevas generaciones, su religiosisdad y relativo conservadurismo hacen que su asociación con los demócratas se debilite, sobre todo en estados más inclinados a la derecha y con mucha población latina como Texas o New Mexico. Todo esto está bien para una clase de Ciencia política pero las encuestas nos cuentan una historia muy diferente.

En 2008 Obama logró un espectacular apoyo entre los votantes hispanos, incluso enfrentándose a un republicano como John McCain que se había significado mucho en contra de su propio partido a favor de iniciativas hispanas en inmigración. Con todo y con eso Obama se llevó un 67% del voto latino. Ahora, cuatro años después y tras mucha discusión sobre el descontento latino, la última encuesta de NBC/WSJ/Telemundo dice que de descontento, nada: el 61% apoya a Obama mientras que el 27% lo hace a Romney.

Esto no sólo se explica en clave de lo que Obama ha hecho o no ha hecho. El esfuerzo republicano por dar la batalla por el voto latino, que lleva ya muchos años en marcha, ha encontrado un importante escollo en Mitt Romney. Está claro que el candidato no es un conservador estándar y como no ha podido mostrar credenciales ortodoxas en temas como el aborto o la sanidad, se ha mostrado desde el principio muy agresivo en la inmigración. Su postura "dura" contra las aministías,  muy a la derecha de George W. Bush, es su mejor conexión con el ala dura del partido que aún no se acaba de fiar de él. El precio a pagar, evidentemente, son los hispanos. Y ahí se marcha una oportunidad para los republicanos de acercarse más a un 15% de los ciudadanos estadounideses,  que además son clave en estados electoralmente fundamentales y bastante indecisos como Colorado, Florida o Nevada.

De propina: Obama navega entre dos aguas con un índice de aprobación que se mantiene estable en el 48%. Lo suficientemente sólido como para poder ganar y lo suficientemente corto como para sufrir y desde luego, poder perder.

La bola de cristal: nunca Europa fue tan importante. La salud de la economía estadounidense depende en buena parte de que cómo afecten los culebrones griego, español y europeo al crecimiento mundial. 
Y desde luego el resultado de la elección de noviembre, si no hay asuntos raros de por medio, dependerá de la economía.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Puntos fuertes y débiles: el panorama electoral a través de las encuestas

Si empezamos por lo más obvio, nos encontramos a Obama y a Romney casi empatados a cinco meses de su cita con las urnas. Se van alternando en cabeza pero si tomamos la última de WSJ/NBC nos encontramos al presidente en un 47% y a su rival republicano al 43%, lo cual indica un número aún alto de indecisos. No es que sean muy buenas noticias para Obama, pero desde luego son las mejores que le trae la encuesta.

Veamos por ejemplo que los estadounidenses siguen siendo profundamente pesimistas en lo económico, con casi la mitad pronosticando un declive para para economía estadounidense y un 52% que desaprueba la gestión económica del presidente: aproximadamente los mismos que creen que sus medidas han empeorado el déficit, la asistencia sanitaria y las divisiones partidistas.

Un panorama que confirma también el último sondeo de ABC/Washington Post, donde nada menos que un 30% de los encuestados dicen que están peor económicamente que cuando Obama llegó al poder, comparados con un 16% que está mejor. La mejor parte para el presidente es que los estadounidenses tampoco parecen confiar en Romney para sacarlos del atolladero: ambos empatan 47% cuando los votantes eligen quién creen que puede gestionar mejor la economía. En cuanto al voto, eso sí, Obama logra una exigua ventaja 49% a 46%.

Lo más interesante para mi gusto es la fortaleza de la figura de Obama en relación a la impopularidad de sus políticas. Sólo un 42% aprueba cómo lleva la economía y sin embargo mantiene el tipo electoralmente. Eso puede hablar bien de sus posibilidades pero la verdad es que sus números cada vez se parecen más a los del George H.W. Bush antes de perder la reelección... un electorado cabreado y una economía que no acaba de levantar el vuelo.

Hoy por hoy es imposible apostar al ganador pero parece claro que Obama no puede optar a una victoria tan sólida como la que obtuvo en 2008. Estados como North Carolina sólo pudo ganarlos porque se daban las mejores condiciones posibles y este año volverán a la columna republicana. Otro que va por ese camino es el crucial Florida, donde Quinnipiac pone hoy a Romney en un 47% y a Obama sólo en un 41%. Sin embargo en otro swing state como Pennsylvania el presidente mantiene el tipo: PPP le sitúa en un 50% por sólo un 42% de Romney.

Esta elección va a estar bonita...

 De propina: interesantes cambios en la cultura estadounidense que tienen su reflejo en la política: el rechazo al matrimonio entre homosexuales registra su mínimo histórico mientras que los que se oponen al aborto son más que nunca.

La bola de cristal: Obama va ganando las primarias demócratas sin mayor problema pero en algunos estados hay tal descontento que estoy convencido de que al menos uno de los candidatos desconocidos que se le oponen (algunos desde la cárcel...) logrará ganarle. Arkansas tiene posibilidades de darle un susto que alborotará las aguas a nivel nacional.

viernes, 18 de mayo de 2012

Por qué Romney no quiere ser McCain

Por si alguien no se lo había imaginado, Mitt Romney no quiere ser John McCain. Primero porque no quiere acabar la noche electoral felicitando a Obama, pero la cosa va más allá. Romney nunca ha estado interesado en la imagen de estadista independiente de McCain, sino que su esfuerzo ha sido el contrario: lo que quería desesperadamente era encajar en la ortodoxia republicana y que le perdonaran sus excesos liberales como gobernador de Massachusetts. Esta gran diferencia explica muchas cosas.

En su última campaña John McCain llegó a defender a Obama. No sólo de puertas adentro, impidiendo la emisión de los spots más agresivos de su propia campaña, sino incluso desatutorizando a sus propios partidarios cuando los ataques empezaron a salirse de madre. Después de dos décadas en el senado, McCain no estaba dispuesto a arriesgar su reputación atizando miedos racistas, ni siquiera para ganar. Lo de Romney puede ser muy diferente. Él ha vivido para ser intentar ser presidente y sólo para eso, y no arriesga mayor capital político ni un puesto en la historia...

En el hilo de esto nos cuenta el New York Times que un grupo de estrategas republicanos ya trabaja en una campaña de anuncios muy agresivos por valor de 10 millones de dólares que lanzaría una supuestamente independiente PAC. Uno de ellos la ha definido como "exactamente lo que John McCain no nos dejó hacer". Parece que la idea es explotar los discursos más agresivos del antiguo pastor de Obama, Jeremiah Wright, para perjudicarlo. La factura la pagaría el millonario conservador de Chicago, vecino de Obama, Joe Ricketts.

Esta estrategia agresiva se apartaría de lo que ha hecho Romney hasta el momento, que es centrarse en los problemas económicos y tratar de atacar lo menos posible a un Obama que gusta personalmente a sus votantes mucho más de lo que gustan sus políticas. Lo cierto es que Joe Ricketts no necesita autorización de la campaña para gastar en ataques a Obama lo que considere oportuno, pero un desembolso así tendría un impacto en la campaña que Romney también necesita valorar. Ciertamente Obama no va a sacar nada bueno de Wright, pero sus peores excesos ya fueron bien aireados en la última campaña hace cuatro años y perderán todo efecto sorpresa. En 2008 eran revelaciones explosivas porque Obama era un perfecto desconocido, inexperto y afroamericano. Ahora el país ya lo conoce muy bien, lleva cuatro años gobernando y ese tipo de anuncios pueden tener un impacto casi marginal. Puedo equivocarme, pero creo que esos diez millones estarían mucho mejor empleados en otro tipo de ataques que en revivir viejas grabaciones de un pastor que Obama ya desautorizó hace mucho tiempo.

De propina: es muy pronto para hablar de encuestas, pero el panorama general muestra a los candidatos casi empatados a nivel nacional, con Romney algo por encima en muchos casos. Así lo dicen Washington Times y YouGov, sin embargo una mayoría amplia cree que ganará Obama según Gallup. Sin embargo el mejor dato para Obama es que casi un 60% cree que la economía está mejorando.

La bola de cristal: Romney empieza este fin de semana su casting oficial en busca de un candidato o candidata a vicepresidenta, su cazatalentos principal será Beth Myers y yo apuesto porque el elegido será un antiPalin: blanco, experimentado y aburrido.

domingo, 6 de mayo de 2012

Empieza el partido

Después de una año y medio de dura batalla, las primarias han terminado y volvemos la vista por fin a la general. Obama comienza la difícil tarea de gobernar y hacer campaña al mismo tiempo, mientras que Mitt Romney emprende otra misión compleja: la de despegarse de la imagen algo más radical que uno debe dar para ganar en primarias y hacerse lo bastante atractivo como para conquistar el voto moderado el próximo seis de noviembre.

Mientras esperamos que la campaña vaya in crescendo en su intensidad, estos días a medio camino entre la primaria y las convenciones ya nos están dejando algunas claves: vemos por ejemplo cómo la economía sigue siendo el factor decisivo. Romney usa la debilidad del descenso del paro (115.000 en abril) para atacar a Obama, que responde reforzando el estereotipo de su rival como un ricachón desconectado de los problemas de la gente corriente: "las corporaciones no son gente, la gente es gente" le ha dicho, recordando una frase de Romney que a buen seguro escucharemos mucho en su campaña.

Tanta prisa por ponerse negativos puede sorprender, pero recordemos por un lado que Obama ya no puede jugar la carta del cambio y la esperanza, mientras que Romney es bien consciente de que no entusiasma a los votantes por su carácter así que más le vale pintar al presidente de la peor manera posible. Tendrá que criticar sus acciones de gobierno ya que en el pasado de Obama ya hay pocas cosas que no se hayan usado en campañas anteriores, mientras que él acaba de salir de un largo proceso de primarias en que sus rivales ya le han adelantado mucho trabajo al inquilino de la Casa Blanca. De hecho los demócratas acaban de sacar un vídeo titulado "Rick, no podemos estar más de acuerdo" en el que usa cortes de su rival en primarias para atacar a Romney.

Mientras las últimas encuestas ya empieza a mostrar un panorama ajustado en los tradicionales swing states, los candidatos también se posicionan para capturar el voto latino. Obama, consciente de que no ha hecho grandes gestos a la comunidad durante su primer mandato, ve con preocupación cómo bajan las cifras de registro de votantes hispanos (y afroamericanos también, por cierto). Para él su participación es vital, ya que su apoyo lo tiene prácticamente asegurado. No es de extrañar, habida cuenta de que la durísima postura de Romney en cuanto a la cuestión migratoria y su aparente apatía a la hora de conquistar a esta pieza clave del electorado: no tiene web ni portavoz en español, apenas ha concedido una entrevista a un medio hispano y tampoco introduce publicidad en canales tan vistos como Univisión o Telemundo. Mala señal...

De propina: casi todos los expertos insisten en que Romney necesitará un candidato a vicepresidente muy conservador para movilizar a las bases... Yo no veo que a McCain le funcionará con Palin en 2008 pero eso es otra historia. Según una encuesta, lo favoritos de los votantes republicanos para acompañarlo en el ticket son su reciente rival Rick Santorum y el senador de ascendencia cubana Marco Rubio..


La bola de cristal: Obama tiene en la agenda una cena-recaudación en la casa de George Clooney en Los Ángeles. Se espera que obtenga 12 millones de dólares en esa breve visita a Hollywood pero me atrevo a asegurar que después del verano no le veremos mucho en público con las estrellas... Algún cantante, como mucho.

Amigos de El Diario