viernes, 18 de mayo de 2012

Por qué Romney no quiere ser McCain

Por si alguien no se lo había imaginado, Mitt Romney no quiere ser John McCain. Primero porque no quiere acabar la noche electoral felicitando a Obama, pero la cosa va más allá. Romney nunca ha estado interesado en la imagen de estadista independiente de McCain, sino que su esfuerzo ha sido el contrario: lo que quería desesperadamente era encajar en la ortodoxia republicana y que le perdonaran sus excesos liberales como gobernador de Massachusetts. Esta gran diferencia explica muchas cosas.

En su última campaña John McCain llegó a defender a Obama. No sólo de puertas adentro, impidiendo la emisión de los spots más agresivos de su propia campaña, sino incluso desatutorizando a sus propios partidarios cuando los ataques empezaron a salirse de madre. Después de dos décadas en el senado, McCain no estaba dispuesto a arriesgar su reputación atizando miedos racistas, ni siquiera para ganar. Lo de Romney puede ser muy diferente. Él ha vivido para ser intentar ser presidente y sólo para eso, y no arriesga mayor capital político ni un puesto en la historia...

En el hilo de esto nos cuenta el New York Times que un grupo de estrategas republicanos ya trabaja en una campaña de anuncios muy agresivos por valor de 10 millones de dólares que lanzaría una supuestamente independiente PAC. Uno de ellos la ha definido como "exactamente lo que John McCain no nos dejó hacer". Parece que la idea es explotar los discursos más agresivos del antiguo pastor de Obama, Jeremiah Wright, para perjudicarlo. La factura la pagaría el millonario conservador de Chicago, vecino de Obama, Joe Ricketts.

Esta estrategia agresiva se apartaría de lo que ha hecho Romney hasta el momento, que es centrarse en los problemas económicos y tratar de atacar lo menos posible a un Obama que gusta personalmente a sus votantes mucho más de lo que gustan sus políticas. Lo cierto es que Joe Ricketts no necesita autorización de la campaña para gastar en ataques a Obama lo que considere oportuno, pero un desembolso así tendría un impacto en la campaña que Romney también necesita valorar. Ciertamente Obama no va a sacar nada bueno de Wright, pero sus peores excesos ya fueron bien aireados en la última campaña hace cuatro años y perderán todo efecto sorpresa. En 2008 eran revelaciones explosivas porque Obama era un perfecto desconocido, inexperto y afroamericano. Ahora el país ya lo conoce muy bien, lleva cuatro años gobernando y ese tipo de anuncios pueden tener un impacto casi marginal. Puedo equivocarme, pero creo que esos diez millones estarían mucho mejor empleados en otro tipo de ataques que en revivir viejas grabaciones de un pastor que Obama ya desautorizó hace mucho tiempo.

De propina: es muy pronto para hablar de encuestas, pero el panorama general muestra a los candidatos casi empatados a nivel nacional, con Romney algo por encima en muchos casos. Así lo dicen Washington Times y YouGov, sin embargo una mayoría amplia cree que ganará Obama según Gallup. Sin embargo el mejor dato para Obama es que casi un 60% cree que la economía está mejorando.

La bola de cristal: Romney empieza este fin de semana su casting oficial en busca de un candidato o candidata a vicepresidenta, su cazatalentos principal será Beth Myers y yo apuesto porque el elegido será un antiPalin: blanco, experimentado y aburrido.

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