PARA NOVATOS

El sistema político:

Un resumen muy resumido. En Estados Unidos el gobierno federal está conformado por el Ejecutivo y el Legislativo. El ejecutivo tiene su máximo representante en el presidente, escogido para un periodo de cuatro años renovable en las urnas por otros cuatro años (ver más abajo "Elecciones presidenciales"). Según, la constitución el presidente es el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas,  tiene la facultad de dirigir la política exterior y de hacer que se cumplan las leyes. También se encarga de nombrar a su gobierno que debe ser confirmado por mayoría simple en el Senado, lo mismo que sucede cuando hay una vacante en la Corte Suprema. El presidente sólo puede ser destituido a través de un complicado procedimiento de impeachment en el que es acusado por la cámara de representantes y condenado en el Senado por una mayoría de dos tercios.

El poder legislativo está en manos del Senado y de la Cámara de Representantes. El senado tiene cien miembros, dos por cada uno de los estados que forman la Unión, elegidos para un periodo de seis años. Se renueva un tercio de la cámara cada seis años. La Cámara de Representantes tiene 435 miembros con derecho a voto, elegidos en distritos electorales que se trazan en función de la población. El mínimo que puede tener un estado es un representante, el que tienen ahora Alaska, Delaware, Montana, las Dakotas, Vermont y Wyoming. El que más tiene ahora mismo es por supuesto el más poblado, California, con 53. Todos los miembros de la Cámara son elegidos para un periodo de dos años.

Elecciones Presidenciales:
 
La carrera moderna para ser presidente de Estados Unidos suele unos dos años antes del día de las elecciones. Los posibles candidatos empiezan a moverse en los círculos de su partido y en los medios para generar curiosidad. Van a los "shows" políticos a que les pregunten por sus ambiciones presidenciales y entonces dan respuestas vagas: "no lo he pensado porque aún queda mucho, pero no cierro la puerta", "viajo mucho por el país y la gente me pide que lo haga, pero es una decisión que te cambia la vida y no puedes tomar a la ligera", "siempre he estado dispuesto a servir a mí país pero aún es pronto para saberlo".

Al mismo tiempo, se dan los primeros pasos administrativos. El candidato crea un "comité exploratorio", una fórmula legal que le permite empezar a contratar personal y, más importante, a recaudar dinero. La verdadera decisión tarda unos meses más, en función de la respuesta que el candidato recibe: curiosidad mediática, donaciones de campaña, posibles rivales, voluntarios... y si todos esos indicadores van bien, entonces se decide a hacerlo oficial y lanza su campaña con un "announcement". Obama lo hizo en un emotivo discurso, Hillary Clinton en un vídeo de Youtube y John McCain en un late-night televisivo.

Entonces, en la primavera del año anterior a las elecciones, empieza lo duro. Mientras la maquinaria de campaña se vuelca en reclutar dinero, voluntarios y profesionales, el candidato se pone en modo carretera. Va a pasar los siguientes nueve meses estrechando manos y convenciendo a votantes en dos rincones muy particulares de Estados Unidos: Iowa y New Hampshire. ¿Por qué? pues porque estos dos estados tienen el raro privilegio de ser los primeros del calendario de primarias y se toman muy en serio su democrática misión de separar a la morralla de los que de verdad se merecen ser presidentes. Nada impide a un estadounidense presentarse directamente a presidente ignorando las primarias de los grandes partidos pero de momento ningún candidato independiente ha alcanzado la presidencia, así que la ruta habitual a la Casa Blanca tiene parada obligada en estos dos estados.

Iowa es un estado de tradición granjera y en New Hampshire son orgullosos cazadores. Ambos son muy pequeños y su importancia capital en el proceso viene dada porque obliga a los candidatos, sean tan famosos o influyentes como sean, a pelear por los votos uno a uno en las colas de los supermercados y las ferias del condado. Creen los estadounidenses, y yo coincido, que es un filtro excelente ya que no les queda más remedio que contestar a las preguntas difíciles y empaparse de los problemas de los ciudadanos reales. Durante esos meses la prensa regional de estos estados será la más importante para los candidatos y participarán en debates en pequeños ayuntamientos y universidades provinciales.

Por fin, en el mes de enero, llega la primera cita electoral. Iowa celebra sus Caucus, el republicano y el demócrata. Se trata de una especie de asambleas en las que se reúnen los votantes registrados del partido en cuestión y en las que físicamente se colocan junto al representante de su candidato favorito. Se va "eliminando" a los candidatos con menos apoyos hasta tener un ganador. New Hampshire, sólo unos días después, celebra en cambio Primarias, es decir, que los votantes registrados del partido y los dados de alta como independientes acuden a las urnas para votar a su favorito.

La mayoría de los candidatos se retirará después de estas dos citas o durante las siguientes, los caucus de Nevada y las primarias de Carolina del Sur. Entonces llega el llamado "Supermartes" donde un gran número de estados celebran sus primarias y caucus el mismo día. Normalmente al final de esa noche ya se conocerá quién ha ganado la nominación demócrata y la republicana a la presidencia, aunque a veces se alargue si los candidatos quedan muy empatados. Durante todo este calendario lo que han ido ganando los candidatos en cada estado con "delegados", es decir, el derecho a elegir tantos representantes de este estado en concreto. Así, quien de verdad elige al nominado es la Convención Nacional de cada partido que se celebra durante el verano anterior a las elecciones, con los delegados electos y los cargos del partido. Durante esas fechas, el elegido desvela también quién le acompañará como su candidato a vicepresidente. Juntos formará un equipo, llamado "ticket" que es al que de verdad los ciudadanos darán su voto: no se puede elegir al presidente de una candidatura y al vicepresidente de otra.

Entonces empieza la campaña propiamente dicha, con su candidato republicano y su candidato demócrata peleando en debates y anuncios de televisión. En realidad la campaña no afecta a todo el país ya que sobre todo en la recta final, los candidatos se concentran en un número muy reducido de estados clave, conocidos como "battleground states". Un republicano lo tiene muy difícil para ganar California y un demócrata muy complicado para vencer en Texas, así que lo normal es que concentren sus recursos en estados donde pueden ganar. En las últimas elecciones el mapa se ha ampliado pero dos estados habitualmente reñidos y muy importantes son Pennsylvania y Ohio.

Hablamos de estados porque, al menos sobre el papel, son ellos y no los ciudadanos los que eligen al presidente. Cuando se celebran las elecciones, siempre el martes que sigue al primer lunes del mes de noviembre, ya se sabe cuánto "vale" cada uno de los 50 estados. En función de su población se le da a cada uno un número de "votos electorales", de modo que el que candidato más votado por ejemplo en Nevada, se lleva todos los "votos electorales" que corresponden al estado independientemente de que haya ganado por un voto o por un millón. Esto ha provocado que en varias ocasiones en candidato con más voto popular no haya sido el presidente, porque lo que importa es el voto de los estados en el colegio electoral.

Desde el momento en que un candidato vence en las elecciones de noviembre tiene por delante un período antes de asumir el cargo que se denomina "Transición". Ese espacio hasta que toma posesión el veinte de enero lo ocupa en elegir a sus colaboradores, fundamentalmente al gobierno que debe proponer al Senado para que investigue y ratifique a los candidatos. Al mediodía del 20 de enero el presidente jura su cargo, normalmente ante el capitolio y delante del presidente de la Corte Suprema, repitiendo la fórmula contenida en la constitución: "Yo, Pepito Pérez, juro solemnemente que ejecutaré con lealmente el cargo de Presidente de los Estados Unidos y que con lo mejor de mis habilidades preservaré, protegeré y defenderé la Constitución de los Estados Unidos. Que Dios me ayude". Desde ese momento ocupa el puesto durante cuatro años renovables por otros cuatro en las urnas.

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