martes, 25 de junio de 2013

Una agenda difícil antes del verano

También los políticos tienen ganas de irse de vacaciones. Washington DC tiene un verano incómodo, caluroso y a la vez muy húmero. Cómo no van a querer marcharse a sus casas de veraneo y perder de vista la cúpula del capitolio en cuanto el Congreso y la Corte suprema entren en su receso estival... Pero no. Aún queda tiempo antes de que el gobierno eche el cierre por vacaciones y hay mucho que hacer. Una agenda difícil antes del verano.

Inmigración: la reforma migratoria coge tono y sus impulsores tienen prisa. El grupo de senadores de ambos partidos que la ha redactado el texto cree que puede lograr unos setenta votos, un apoyo republicano suficiente como para que la mayoría de conservadora en la Cámara de Representantes no tenga más remedio que echarle un vistazo. Si la ley no llega al escritorio de Obama antes de que el Congreso se vaya de vacaciones será más difícil. Eso a pesar de lo que argumentaba esta semana en gran Walter Shapiro.

"Tenemos una reforma buscada desesperadamente por un grupo clave de votantes, apoyada por poderosos grupos de presión y por el presidente, que además ahorraría dinero al gobierno. Si Washington no puede lograr un acuerdo sobre inmigración bajo esas condiciones, lo siguiente que veremos será terribles batallas sobre qué nombre poner a una oficina de correos. En política no se puede tener más fácil"

Matrimonio gay: la Corte Suprema tiene que pronunciarse sobre la constitucionalidad de la Proposition 8 de California, que prohibe el matrimonio entre personas del mismo sexo. También sobre la polémica "Ley de defensa del matrimonio" que lo define como una unión entre hombre y mujer, excluyendo a las parejas homosexuales de todos los beneficios de la ley federal.

Snowden: la diplomacia estadounidense tiene que jugar a la "caza del espía". El secretario de Estado John Kerry debe mover sus mecanismos para evitar que algún país de asilo al célebre "filtrador" que hizo públicos los programas secretos de espionaje de las comunicaciones. Seguro que tiene ganas de hacerlo bien para evitar incómodas comparaciones con Hillary Clinton, pero no lo tienen fácil. De momento Snowden sigue en la zona de tránsitos del aeropuerto de Sheremetyevo, en Moscú, que teóricamente no es territorio ruso y desde donde puede ir a donde quiera.

Armas: la inciativa para limitar el acceso a las armas fracaso en el Senado pero, según ha dicho el vicepresidente Biden, desde entonces cinco senadores han hablado con él y están dispuestos a cambiar el sentido de su voto tras ver el efecto que ha tenido en sus encuestas. Los milagros existen, pero a ver.

De propina: y despachando los asuntos de final de curso la Corte Suprema se ha llevado por delante una parte clave de la "Ley de Derechos Electorales". Algunos estados del sur estaban obligados a remitir a Washington todo cambio en sus leyes electorales para asegurar que no vulneraban los derechos de las minorías. Eso se hacía usando unos datos de 1972 y la resolución dice que hay que actualizar esos datos. Razón no les falta pero a ver cómo lo soluciona el Congreso.

La bola de cristal: hoy se vota en Massachusetts. En juego está el escaño en el Senado que ha dejado libre John Kerry. A pesar de que el demócrata Ed Markey va muy por delante en las encuestas, los republicanos esperan una sorpresa de última hora gracias a los indecisos. Yo no lo veo.


domingo, 23 de junio de 2013

Una gran noticia: el Diario se muda a USAmérica

Queridos amigos del Diario de USAmérica,

Primero que todo, perdón por el silencio de las últimas dos semanas. Como entenderéis ahora mismo, está siendo una época de grandes cambios y sé que sabréis disculpar mi falta de diligencia al contaros los últimos manejos del espionaje de Snowden o las decisiones trascendentales que esta semana tiene que tomar la Corte Suprema.

Al grano: he tenido la inmensa suerte de ser elegido como uno de los becarios Fulbright para este año, lo que en la práctica quiere decir que a mediados del verano me marcho a vivir una larga temporada a Nueva York. Si no sucede nada raro con el visado, el próximo curso estaré estudiando el Master en Elecciones y Campañas Electorales de la Forham University. Todo aquel que haya venido leyendo este blog durante los últimos años ya se hace una idea de que para mí es hacer realidad un sueño. 

Así que poco más que eso, sólo quería compartirlo con vosotros ya que sois los que mejor conocéis mi pasión por EEUU y por su política. En principio el Diario seguirá vivo y mantendrá su formato actual, sin convertirse en un blog de viaje ni nada por el estilo. Os iré contando más novedades por aquí, pero gracias por vuestra paciencia y confianza. Un abrazo,

Carlos Hernández-Echevarría
Diario de USAmérica


jueves, 6 de junio de 2013

Cuando muere un senador

En esta vida política coreografiada al segundo hay ya pocos acontecimientos que dependan enteramente del azar, que sean por completo imprevisibles. Pero la muerte, de momento, sigue viniendo sin anunciarse en la mayoría de los casos y el pasado lunes visitó al senador demócrata de New Jersey Frank Lautenberg. Hubo elogios y también alguna lágrima, pero todo eso ocupó un espacio mínimo al lado de la gran pregunta urgente ¿qué pasa con su asiento en el Senado?

La decisión dependía del gobernador Chris Chistie, un republicano moderado que tiene encandilado a un estado de fuerte tradición demócrata y que quiere ser presidente en 2016. La ley le ofrecía tres opciones:
  1. Nombrar un sustituto de su agrado para que ocupe el escaño hasta que acabe el mandato del senador fallecido, en noviembre de 2014. Era la opción preferida de su partido porque daría al candidato tiempo para lucirse en el Senado, recaudar dinero y hacerse querer por los votantes. En un estado que no tiene un senador republicano desde 1979 era casi la única esperanza de victoria para el partido, pero además significaba que los republicanos del Senado contarían con un muy necesitado voto adicional. Los demócratas se daban cuenta perfectamente y dijeron bien alto que retrasar hasta entonces la elección era una manipulación, que había que preguntar a los electores.  
  2. Nombrar un sustituto hasta la siguiente cita electoral normal, la elección a gobernador del 5 de noviembre de este año. Los demócratas estarían de acuerdo y los republicanos se enfadarían, pero sería un opción barata de acudir pronto a las urnas sin convocar una elección especial.Hasta ahí bien pero la opción representaba un riesgo para el propio Christie. El demócrata más popular del estado, el alcalde de Newark Cory Booker, quiere presentarse al Senado y a Christie no le interesa coincider con él en la papeleta electoral. El gobernador tiene prácticamente asegurada la reelección pero si Booker ilusiona al electorado demócrata para que acuda a las urnas para enviarle al Senado, puede que ya de paso voten por cualquier demócrata que se presente contra Christie. 
  3. Nombrar un sustituto convocar una elección especial separada sólo para cubrir la vacante del senador muerto. Los demócratas estarían encantados de poner a Cory Booker en el Senado sin tener que acurdir a las urnas el mismo día que se vota al ultrapopular gobernador Christie, pero los republicanos renunciarían a sus pocas posibilidades de victoria. Además, supondría convocar una elección más, con el gasto público que eso supone.

¿Cuál creéis que ha escogido? Pues la opción tres, evidentemente. Ha preferido enfadar a su partido y costarle un asiento en el Senado a arriesgar aunque sea mínimamente su reelección. New Jersey irá a las urnas a escoger senador apenas dos semanas antes de la elección normal a gobernador. Chris Christie ha dicho que "ni sabe el precio de la elección ni le importa", pero debería. Se acaba de ganar unos cuantos enemigos más entre los republicanos de cara a las primarias presidenciales de 2016: los que le echarán en cara el derroche de tener dos elecciones por motivos partidistas y los que le acusarán una vez más de simpatizar con los demócratas. Después de haberse hecho fotos con Obama en la última campaña, esto seguro que también se lo recordarán.

De propina: la confirmación de que la National Security Agency recopila los datos de consumo telefónico de millones de estadounidenses es indignante, y va camino de abrir un nuevo frente para la Administración Obama cuando ya tiene acusaciones serias de ejercer de Gran Hermano. Se puede hacer gracias a las leyes del pánico aprobadas tras el 11-S por Bush, pero eso no le quita ni pizca de importancia.

La bola de cristal: y como era de esperar, los dos inspectores de impuestos a los que el gobierno les ha cargado encima el escándalo, dicen que actuaban obedeciendo órdenes de arriba. No hemos visto ni mucho menos el último capítulo del escándalo del IRS.

lunes, 20 de mayo de 2013

Obama capeando el temporal

La navidad ha llegado con seis meses de adelanto para los republicanos. La revelación de que el IRS inspeccionó a grupos conservadores por motivos ideológicos es el escándalo perfecto para unir al partido: hace realidad todas las paranoias de "gobierno Gran Hermano" de los libertarios y la maldad instrínseca que los republicanos ven en Obama. Todos ganan, salvo la Casa Blanca.

Además el momento también es bueno. Justo después de las últimas revelaciones sobre el fiasco del consulado de Bengasi y poco antes de que el Departamento de Justicia reconociera haber pinchado telefonos de periodistas de Associated Press. Lo suficiente para que dé la impresión de que a la Casa Blanca se le acumulan los problemas y así poner al presidente a la defensiva. Tampoco ayudó que el presidente tardara tres días en salir a dar explicaciones. Para cuando dijo que se había enterado del asunto por la prensa, que le parecía inaceptable y anuncio el despido del jefe del IRS ya era tarde.

Por suerte para el presidente, los republicanos saben que les ha caído una bendición del cielo pero tienen muy claro qué hacer con ello. Empezó el presidente de la Cámara de Representantes John Boehner muy contundente: "no me interesa quién va a dimitir por esto, me interesa quién va a ir a la cárcel". Otros incluso hablaban ya de impeachment y sacaban comparaciones con Nixon. Sin embargo ahora les ha entrado un miedo bien justificado a pasarse de frenada. En el el fondo saben que Obama está de retirada y tienen que buscar escándalos que lleguen vivos a las elecciones de 2016.

Lo que es indudable es que el clima ha cambiado y que por primera vez desde el pasado noviembre el viento sopla del lado republicano. Cierto es que no sería el primer escándalo que Obama esquiva con habilidad. Temas como Fast&Furious o el siempre pospuesto cierre de Guantánamo no le han hecho mella. Esto, sin embargo, es diferente. No es un asunto extranjero ni una rareza conspirativa, ni el desastre lejano de Bengasi ni la indignación periodística de lo de AP... Como decía un analista esta semana, la diferencia es que no hay un sólo estadounidense que no sepa qué es y qué hace el IRS. Por la cuenta que les trae cuando presentan la declaración de la renta.

De propina: y parece que el propio IRS ya tiene sus culpables. Dos empleados de la oficina de Cincinatti que habrían sido "demasiado agresivos" con los grupos de derecha. Me resulta extraño que nadie de arriba supiera nada.

La bola de cristal: por no decir que es imposible.

lunes, 13 de mayo de 2013

El lado más oscuro de Obama

No, el título no es un chiste malo. Es la constatación de que la presidencia de Obama ha llegado a ese punto al que suelen llegar todas las administraciones que se alargan en el tiempo: el momento en que aparecen los fantasmas. Los del actual presidente han terminado de explotar esta semana, cuando se ha sabido que el IRS se ha dedicado a inspeccionar a fondo los impuestos de grupos de derechas y ha quedado además claro que el gobierno hizo todos los esfuerzos para ocultar el papel del terrorismo en el asalto al consulado de Bengasi en Libia.

Ahora en Washington empieza la inevitable serie de preguntas: quién lo ordenó, quién lo sabía y cuándo lo supo. ¿Obama en persona? No es como si fuera el primer presidente que usa a los inspectores de Hacienda para perseguir a sus enemigos políticos ni la primera administración que maquilla una gran crisis internacional. Tampoco le pasará factura en las encuestas inmediatamente, donde el presidente goza de buena salud. El problema, como siempre, son las expectativas. No puedes ser el presidente de la esperanza y el cambio y a la vez producir la misma basura y usar los mismos trucos de toda la vida.

Ya es lamentable que se hagan 'inspecciones especiales' a las organizaciones que lleven en su declaración las palabras "tea party", "patriota" o que se declaren preocupadas por el gasto gubernamental. Casi más triste es que con un diplomático muerto la se editaran una y otra vez los informes de la CIA para camuflar la naturaleza del ataque. Y sin embargo son dos caras de la mis moneda: que la primera prioridad para un gobierno es ocultar sus fallos y mantenerse fuerte en el poder. El resto, incluido el 'Yes we can', es poesía. Y en los segundos mandatos se lleva más la prosa.

De propina: el escándalo del IRS suena mucho a Nixon. Pero que nadie se engañe, otro al que también le gustaba mandarle los inspectores a sus enemigos políticos era al ícono liberal Fanklin D. Roosevelt. 

La bola de cristal: sin embargo ya veréis como Obama no se lleva gran culpa por lo de Bengasi. A fin de cuentas el presidente ya está de retirada y los republicanos pueden intentar derribar a toda una pieza de caza mayor, la entonces secretaria de Estado Hillary Clinton. A esa sí que les interesa tirarla del caballo.

jueves, 2 de mayo de 2013

Una nueva oportunidad para el control de armas

Bien sabéis todos los lectores de este blog que siempre soy escéptico con las posibilidades de endurecer el acceso a las armas. Es una prudencia que se adquiere mirando cómo acabaron los intentos pasados y echando un vistazo a la formidable maquinaria política de la NRA... Sin embargo puede ser que esta vez me haya equivocado.

Cierto es que hace unas semanas fracasó en el Senado el último y modesto intento de control de armas: la verificación de identidad para impedir que enfermos mentales y asesinos condenados puedan comprarlas. Sin embargo, a diferencia de otras veces, a los senadores que se han opuesto no les está saliendo gratis haber descarrilado una medida que contaba con un 90% de aprobación popular. Senadores republicanos como Kelly Ayotte de New Hampshire ha visto cómo se hundía su popularidad y demócratas en estados pro-armas como Max Baucus de Montana también han sentido el castigo. Este, que ya ha anunciado que se retira, está recibiendo presiones también en televisión.

Otros como el republicano de Pennsylvania Pat Toomey han vivido el efecto contrario. Tras prestar su nombre y su apoyo a la medida, el republicano ha subido como la espuma en las encuestas. Tanto que se le ha escapado alguna verdad:
"Si no se aprobó fue porque estamos demasiado politizados. Hubo algunos en mi bando que no querían aparecer ayudando al presidente a hacer algo que quería hacer. Sólo porque el presidente lo quería"
Varios senadores están sufriendo las consecuencias de oponerse a una medida con tanto apoyo popular. Puede que si la ley vuelve a votarse antes de verano sí tenga 60 votos para romper el filibuster... y no le faltan padrinos.

De propina: el senador republicano de Texas Ted Cruz se plantea competir por la presidencia. Otro novato con ambición como Obama, pero en este caso ultraconservador.

La bola de cristal: reciben mucha atención las encuestas que ponen a Hillary Clinton arrasando entre los candidatos a primarias presidenciales de 2016. Ninguna encuesta nacional será relevante hasta dentro de casi tres años, después de los caucus de Iowa y las primarias de New Hamsphire. ¿Dónde estaba Obama en las encuestas nacionales de 2005?

domingo, 28 de abril de 2013

El regreso de (los) Bush

Esta semana George W. Bush ha vuelto. Tras más de cuatro años de perfecto silencio, que es el estado natural de un expresidente, esta semana inaugurado su biblioteca presidencial y ha escuchado los elogios que tal evento siempre deja. Se le vio relajado y feliz en compañía de los otros cuatro presidentes vivos, incluyendo a su propio padre, pero era inevitable preguntarse qué dejó para la historia. Sus partidarios hablarán del 11S, de la expansión de Medicare y de su iniciativa educativa No Child Left Behind. El resto tendrá más presente esa crisis que todavía no hemos resuelto y los miles de muertos de una guerra perfectamente evitable en Irak.

Si la pregunta es de qué lado hay más gente, la respuesta es sencilla de encontrar en las encuestas publicadas esta semana: sólo un 47% de los estadounidenses le aprueba. Para un político en ejercicio no estaría mal pero es una miseria para un expresidente que le situa como el segundo peor valorado de los últimos 50 años. El campeón de la mala fama es, por supuesto, el dimitido presidente Richard Milhaus Nixon. Eso ya sería demasiado.

De modo que ya sabemos que Bush hijo sigue sin caer muy bien pero, ¿qué hay de Bush hijo número dos, Jeb Bush? Esta era una gran semana para hablar de su muy rumoreada campaña presidencial y era imposible no preguntarle a la familia su opinión al respecto. Su hermano George W. que algo sabe de esto, dice:
"Sería un candidato maravilloso si se decide, no necesita mi consejo porque a sabe cuál es: preséntate"
Menos entusiasta es la madre de ambas, la exprimera dama Bárbara Bush:
"Es de lejos el más cualificado, pero no. Creo que es n gran país con muchas grandes familias y no sólo cuatro. Hay otra gente por ahí que está muy cualificada y ya hemos enido suficientes Bush"
Y aquí pone el dedo en la llaga. Más allá de sus cualidades como candidato Jeb Bush sería el ercero de su familia directa en ocupar la presidencia. Los tres últimos presidentes republicanos compartirían el mismo apellido y eso se parece mucho a la monarquía que EEUU nunca ha querido ser. Un enfrentamiento con otra dinastía como los Clinton tendría su gracia, eso sí.

De propina: el establishment republicano tiene hecho un cálculo frío sobre la reforma de la Inmigración. Los jefes del partido saben que electoralmente no es un buen camino y los grandes empresarios que lo financian siempre han estado a favor de solucionar el problema en busca de más consumo y mano de obra. Ahora a ver si el ala puramente conservadora, que ya está bastante cabreada al respecto, no gana la partida.

La bola de cristal: en la última propina hablábamos del congresista Louie Gohmert y su teoría de que Al Qaeda entrenaba a sus agentes para que se comportaran como hispanos y se colaran por la frontera de México como sin papeles. La de esta semana es aún mejor, al más puro estilo de la caza de brujas de McCarthy, cuando ha denunciado que en la administración Obama hay infiltrados muchos miembros de los Hermanos Musulmanes. Creo que no tardaremos en oír hablar otra vez de él. Le vendrá bien.

lunes, 22 de abril de 2013

Las consecuencias políticas del atentado de Boston

Aunque cuatro muertos sean normalmente un pie de página en la prensa nacional estadounidense, el atentado de Boston es mucho más que el drama de los tres asistentes a la maratón y el policía tiroteado mientras iba a la caza de los autores. Mucho más que los dos centenares de heridos y los dos días que ha pasado Boston en estado de sitio. La violencia ciega, premeditada e indiscriminada siempre deja una consecuencia política pero en este punto tiene la oportunidad de darle la vuelta a la agenda legislativa del país.

Primero tenemos que los supuestos responsables son dos inmigrantes legales de origen checheno, justo ahora que por fin ocho senadores de ambos partidos se habían puesto de acuerdo en una reforma de la política de inmigración que hace mucha falta. Dos jóvenes que entraron en el país como refugiados, que recibieron becas educativas y que sin embargo golpearon con saña contra el país que les había acogido. Es como para reflexionar sobre el asilo y la integración, pero además abre la puerta a aquellos que quieren una política de simple mano dura y fronteras cerradas. Se ha creado un buen caldo de cultivo emocional para el miedo al emigrante. Lo cierto es que el punto más controvertido de la ley era la posibilidad de nacionalización para más de diez millones de 'sinpapeles' y eso poco tiene que ver con los hermanos Tsarnaev que estaban en el país de forma legal, pero eso no va a detener a los muchos enemigos de la legislación. Un ambiente en que se vea al extranjero como peligroso siempre les beneficia y si la semana pasada era el congresista Steve King quien relacionaba las dos cosas hoy ha sido el poderoso líder republicano del comité judicial del Senado, Chuck Grassley.

También debería surgir un debate sobre cómo el Senado acaba de echar atrás un muy limitado intento de control de armas que se basaba en analizar los antecedentes. Los dos sospechosos habían estado vigilados por el FBI y sin embargo pudieron comprar armas y usarlas en un tiroteo que dejó un policía muerto. Obama podría usarlo como argumento pero lo cierto es que en líneas generales, el terrorismo siempre beneficia políticamente a los republicanos. Una nación asustada se vuelve hacia el que más mano dura promete y si uno estudia las últimas citas electorales siempre se da cuenta de lo mismo: si la conversación va de economía, bienestar, sanidad... Se imponen los demócratas. Si la cosa se centra en seguridad nacional o defensa, los republicanos se llevan el debate.

Cuando el Senado no pudo sacar adelante esta tímida reforma sobre las armas Obama lo llamó "una vergüenza" y dijo que había sido sólo "el primer asalto". Si los senadores ya mostraron poco interés por jugarse su carrera en una medida que tenía pocas posibilidades de ser refrendada por la mayoría republicana en Cámara de Representantes, ahora la cosa pinta mucho peor y no sólo políticamente. Una persona asustada tiene muchas más posibilidades de querer un arma en su mesilla sin ningún trámite administrativo de por medio... Aunque la siguiente frase de un senador estatal de Arkansas es desafortunada, también encierra algo de verdad: "Me pregunto cuántos liberales de Boston pasaron la noche acobardados en su casa y deseando tener un AR-15 con n cargador de alta capacidad".

De propina: interesante teoría también la del congresista republicano de Texas Louie Gohmert. Al Qaeda entrena agentes para que se hagan pasar por hispanos para cruzar la frontera desde Méjico como iñegales. Se ve que a él todas las pieles marrones le parecen iguales.

La bola de cristal: por cierto que el expresidente George W. Bush va saliendo del ostracismo para decir por ejemplo que quiere que su hermano Jeb se presente a presidente. Él sigue siendo muy impopular pero aún así el apellido ayudaría: dinero y grandes contactos.

miércoles, 17 de abril de 2013

Sacando tajada del atentado de Boston

Tres muertos, dos centenares de heridos y muchas incógnitas. Algunos dicen que el hecho de que las bombas explotaran el "tax day", el último día para presentar la declaración de la renta, apunta a que el autor puede ser un radical antigubernamental como el del atentado de Oklahoma. Otros hablan de un estudiante árabe. No faltan los de siempre que culpan al gobierno. ¿La realidad? Ahora mismo nada se sabe, pero muchos están dispuestos a sacar partido.

El premio al más repugnante es para el congresista republicano de Iowa Steve King. El señor King ya lleva un tiempo enfadado porque se siente ninguneado por los ocho senadores de ambos partido que están pactando una reforma migratoria. Hoy, el día después del salvaje atentado, esto es lo que tenía que decir:
"Hay que tener cuidado con las prisas para la reforma migratoria, especialmente tras el atentado de Boston (...) Algunas especulaciones dicen que sí, que era un extranjero, que potencialmente era una persona con un visado de estudiante"
Ahí tenéis a un miembro del congreso que quiere descarrilar un proyecto de ley aún no presentado por "algunas especulaciones" que dicen que el autor del atentado era "potencialmente" un extranjero. La verdadera pena es que no va a ser el único que aproveche el río revuelto de Boston... Y no me cabe duda de que dentro de poco oiremos a alguien decir que lo que hacía falta para haber evitado el desastre eran más facilidades para conseguir armas, a ver si así pueden obstaculizar también de paso esa reforma.

De propina: interesantes las cifras de donaciones de este primer trimestre de 2013 como termómetro de la preparación de algunos candidatos para las presidenciales de 2016. Fantástico récord para Marco Rubio con 2,28 millones, sobre todo teniendo en cuenta que no le tocaría presentarse a la reelección en el senado hasta 2018...

La bola de cristal: ¿Recordáis al congresista neoyorquino que dimitió tras enviar fotos de cntenido sexual a mujeres a través de su twitter? Pues el demócrata Anthony Weiner tiene revolucionada la política neoyorquina con su más que probable regreso para presentarse a alcalde. Deben pensar los votantes que tal cual está la política hoy en día, hay cosas mucho más difíciles de perdonar. Yo no lo descarto.

martes, 2 de abril de 2013

El difícil equilibrio de Marco Rubio

Cuando Obama se impuso en 2008 acabó con una racha histórica que no tenía nada que ver con el color de su piel. Hacía 48 años, desde la victoria de John F. Kennedy en 1960, que ningún senador en ejercicio había sido elegido presidente. Cada minuto que un político pasa en la cámara, disminuyen sus posibilidades de ser presidente. Principalmente por la obligación de posicionarse todos los días ante la multitud de temas polémicos que pasan por la cámara. Cada voto que emiten queda grabado y no puede cambiarse, como bien aprendió Hillary Clinton tras apoyar la invasión de Irak y pagar luego un alto precio en las primarias de 2008.

Por eso no me queda más remedio que elogiar el valor de Marco Rubio. Cuando está bastante claro que quiere presentarse a presidente, ha decidido ponerse a la cabeza de un tema tan espinoso como la reforma de la inmigración. Aunque parezca una postura lógica por su condición de hijo de inmigrantes cubanos, políticamente es un movimiento arriesgado y encierra un doble mérito: primero porque su postura a favor de incluir una vía para que los 'sinpapeles' accedan a la ciudadanía le pueden hacer mucho daño entre el electorado de las primarias republicanos y segundo porque de todos los candidatos, por motivos obvios, es el único que no necesitaba congraciarse con la comunidad latina.

Tal vez piensa que está tan claro el papel hispano en la última derrota de Mitt Romney que sus rivales en primarias no se atreverán a atacarle por la inmigración, pero aún así se la juega. Por eso está tratando de bajar la velocidad a la reforma que negocian ocho senadores de ambos partidos. Trata así de construir un consenso más profundo que no espante mucho a los conservadores y presentar un texto que pueda pasar por el Senado con cierta holgura y tal vez así, superar el tramite más complicado de convencer a la mayoría republicana en la Cámara de Representantes.

Por eso este fin de semana ha tratado de enfriar un poco las expectativas de un acuerdo inmediato, ganar tiempo para que los conservadores no sientan que se la están colando por la puerta de atrás. Rubio le ha prometido a las bases republicanas que la creación de la ley tendrá un proceso largo y abierto a enmiendas. Todos sabemos que eso eleva las posibilidades de un fracaso sonado, pero para Marco Rubio es casi más importante conservar su impecable currículum conservador y no hacerse enemigos en ese ala. Ya se ha arriesgado bastante.

De propina: dice el exspeaker y candidato presidencial Newt Gingrich que Obama ha sido el mejor comercial para los fabricantes de armas, disparando sus ventas ante el temor bastante infundado de que el presidente restrinja su compra. Lo peor es que esta vez lleva razón.

La bola de cristal: una de las grandes citas electorales del año es la elección a gobernador de Virginia. Allí el exjefe de campaña de Hillary Clinton, Terry McAuliffe, ha tenido la inteligencia de insinuarle a donantes y grandes estrategas que apoyarle es una buena manera de empezar a moverse en el ámbito de la probable candidaturade Hillary a la presidencia en 2016. Y creo que ha acertado.

sábado, 30 de marzo de 2013

Por qué el control de armas va camino de un nuevo fracaso

La respuesta corta a la pregunta que plantea el título sería "por lo de siempre" y la más larga debería empezar, de forma obligada, por "porque los estadounidenses en realidad no quieren que se limite el acceso a la armas". Tras cada gran matanza, sobre todo si es en una escuela, las fuerzas del sentido común toman las televisiones y aupadas en el dolor y la solidaridad, intentan forzar al Congreso a que actúe. La maquinaria se pone entonces en marcha e incluso algunos de los más firmes defensores de las armas se muestran abiertos a un compromiso, pero es sólo una maniobra para ganar tiempo hasta que las aguas bajen más calmadas y la atención del país se haya disipado. Es el guión de siempre y también el de ahora,

Sin intención de hacerme demasiado autobombo, tengo que reiterar lo que ya anuncié horas después de la matanza de la escuela Sandy Hook: que cualquier restricción a la venta de armas lo tiene difícil, por no decir imposible. El plan más ambicioso era la prohibición de las armas de guerra y de cargadores de alta capacidad patrocinada por la senadora californiana Dianne Feinstein que puede que no llegue ni a votarse, aunque poco importa porque está muy lejos de tener los votos para aprobarse. La propuesta más conservadora era un acuerdo para chequear los antecedentes de los compradores de forma que enfermos mentales o probados asesinos no pudieran llevarse a casa un arsenal. Esto parecía estar encarrilado pero ni eso parece seguro y ya muchos de los enemigos de la regulación recuerdan con cinismo que todas las armas de la matanza de Newtown en Connecticut fueron compradas legalmente y con estudio de antecedentes, en este caso los de la madre del asesino.

Es cierto que la Asociación Nacional del Rifle es poderosa y que sus aliados en el Congreso, muy silenciosos durante las semanas siguientes a la masacre, pueden permitirse ahora ser más agresivos... Es también verdad que en 2014 hay elecciones al Senado en muchos estados tradicionalmente conservadores y que por esto hay muchos demócratas acobardados... Pero el verdadero problema está en el país. Unos días después de la tragedia de Sandy Hook un 57% de la población se mostraba a favor de endurecer la legislación de armas, hoy esa cifra ha caído hasta el 47%. No es que no duelan las matanzas, pero en el fondo no existe una conciencia general de que las armas son un problema. O no la suficiente. Tal vez los 12 millones que va a gastarse el alcalde de New York Michael Bloomberg empiecen a cambiar eso, pero de momento la matanza es corta y Sandy Hook lleva un recorrido político similar a Columbine, Virginia Tech o Aurora. Hacia la nada.

De propina: mejor cara lleva, en teoría, la reforma de la inmigración. Con un partido republicano resuelto en teoría a 'hacer las paces' con los hispanos y un grupo bipartito de ocho senadores llevando las riendas, Obama ha dicho que espera que se presente un propuesta a principio de abril y que se apruebe para otoño. Desde luego hay apoyo del público, más de un 70% cree al menos que hay que permitir que los 'sinpapeles' permanezcan en el país si cumplen ciertos requisitos.

La bola de cristal: otro tema sobre la mesa es la decisión de la Corte Suprema sobre dos casos que afectan al derecho a a casarse de las parejas del mismo sexo. Y aquí no me atrevo a hacer previsiones.

martes, 19 de marzo de 2013

La 'autopsia' republicana

Perder la presidencia duele y perderla dos veces seguidas, mucho más. Tras 2008 el partido republicano le echó la culpa unánimamente a los 8 años de gobierno de George W. Bush y al entusiasmo levantado por Obama pero esta vez no hay excusa. Por eso el partido se ha puesto a la tarea de analizar las causas con franco entusiasmo y hasta algo de morbo.

En las casi cien páginas del "Proyecto Crecimiento y Oportunidad" el Comité Nacional Republicano que encabeza Reince Priebus no ahorra críticas al modo en que se han hecho las cosas pero además ofrece soluciones. Reconoce que hasta ahora el partido ha 'aterrizado' en las calles apenas unos meses antes de las elecciones y que lo que hace falta es fomentar los movimientos de base y voluntarios que estén sobre el terreno de forma permanente. Pero señala que el verdadero problema va más allá de las organización electoral: el informe pinta un partido rígido, anclado en el pasado e incapaz de conectar con los ciudadanos más allá de sus votantes tradicionales mayores y blancos.

Por eso el documento, que trata de no entrar mucho en temas específicos, sí que invita al partido a apoyar claramente una reforma migratoria que suavice la ojeriza que le tienen los votantes hispanos. Para eso anuncia una inversión de 10 millones de dólares para llegar mejor a las minorías pero en un aspecto más general, invita a sus líderes a ser más sensibles con la gente que lo pasa mal y no ser tan rígidos a la hora de vigilar el gasto. Dice el informe que a las personas que sufren "no les importa si la ayuda viene del sector privado o del público, sólo quieren ayuda. En lugar de conectar con las preocupaciones de los votantes, demasiado a menudo sonamos como contables".

Más allá de esas recomendaciones, el documento propone cambiar el modo en que el partido elige a su candidato a presidente.No es la primera vez que se señala que la larguísima temporada de primarias de 2012 y sus destructivos debates contribuyeron a hundir a Mitt Romney en la general. Por eso el partido quiere que se concentren más las primarias que van después de las cuatro primeras (Iowa, New Hampshire, South Carolina y Florida), un movimiento que beneficiaría a los candidato más conocidos y mejor financiados a expensas de aquellos que buscan la sorpresa.

Una catarata de críticas y buenas intenciones que aún está por ver cómo se traslada a la realidad. Eso, y qué tal se lo toman las bases que son la raíz del sentimiento anti-inmigración y anti-gasto, por poner sólo dos ejemplos. El locutor conservador Rush Limbaugh, para sorpresa de casi nadie, ya ha dicho que el partido republicano no necesita cambios.

De propina: Los candidatos siguen posicionándose de cara a las primarias de 2016. Rand Paul se une a los republicanos que impulsan una reforma en la inmigración con posible ciudadanía para los sinpapeles. Hillary Clinton, por su parte, ha cambiado su postura pronunciándose a favor del matrimonio gay. Los demócratas que votan en primarias lo apoyan sin duda alguna y el país vive el máximo histórico de aceptación, el 58% de los estadounidenses cree que debería ser legal.

La bola de cristal: el problema republicano no es su imagen, son sus políticas. Si no cambian las políticas que más separadas están hoy del "americano medio" da igual cuánto invierta en publicidad destinada a los hispanos.

martes, 12 de marzo de 2013

¿Un tercer Bush en la Casa Blanca?

Tal vez a él no le gustaría mucho el titular, por eso del énfasis en el apellido, pero desde luego está cada día más claro que Jeb Bush tiene toda la intención de presentarse a las primarias republicanas para la elección presidencial de 2016. No hace falta casi señalar que Jeb es hijo de George H.W. (presidente 41) y hermano pequeño de George W. (43), pero ese no es su único argumento,

El 'nuevo' Bush fue elegido gobernador dos veces en Florida, un estado importante y difícil de gobernar en el que es el único republicano de la historia que ha completado dos mandatos enteros. Además a nadie se le escapa que es un estado clave en las primarias y en la general. Cierto es que dejó el cargo hace ya seis años y las cosas han cambiado mucho pero tras la debacle de Mitt Romney, Jeb parece cubrir muchas de las debilidades que quedaron a a la vista en el último ticket republicano.

Casi asegura el swing state de Florida, sin el que un republicano lo tiene imposible para ganar; además puede lograr un porcentaje mucho mayor del voto hispano: tiene un buena historial con la comnidad, habla nuestro idioma y no hay que olvidar que su su mujer Columba es latina y nacida en México. A todo esto hay que sumarle la espectacular capacidad recaudatoria y de contactos de la familia Bush. Dos presidencias dan para mucho.

Él ahora mismo cumple su papel de hacerse el interesante, sin ir más lejos el domingo pasado el el programa político por excelencia de la televisión, Meet the Press. La pregunta obvia era si "considera" presentarse a presidente para 2016:
"Sois como adictos al crack. Realmente estáis obsesionados con esto de la política. Ok, adictos a la heroína. ¿Así mejor?"
Pasando por alto esta manera absurda de hacerse el tonto cuando le preguntan lo que ha ido a que le pregunten, la respuesta está tan vacía de contenido como corresponde a futuro candidato. Además él es el primero que ha alimentado de forma poco discreta los rumores, atajando incluso el espinoso asunto del apellido, esa gran duda de si tras el desastre del segundo mandato de su hermano el electorado está listo para un nuevo presidente Bush:
"No creo en absoluto que lleve una carga por ser un Bush. Quiero a mi hermano, estoy orgulloso de sus logros. Quiero a mi padre. Estoy orgulloso de ser un Bush y si me presento no será porque es algo a lo que me oligue el ADN, sería porque es lo correcto para mi familia, porque las condiciones son las correctas y porque tenga algo que ofrecer"
La maquinaria ya está en marcha, a nadie se le escapa que la fundación educativa fundada por Jeb puede ser un magnífico germen para su campaña. En ella trabajan asesores políticos de primer nivel y además tiene ya presencia en 40 estados. Es por este grado de preparación que también llama la atención algún que otro error de novato como el de su libro sobre inmigración. Ha sorprendido a muchos hispanos que alguien a quien consideraban cercano se niegue a ofrecer una vía para que los sinpapeles reciban la ciudadanía. Él dice que lo escribió el año pasado "en otro ambiente" y que tal vez "hoy escribiría algo diferente". Más allá de la polémica en sí, su reacción le hace parecer un oportunista.

De propina: la capacidad de Donald Trump para hacerse cada semana un hueco en el periódico es ciertamente notable... Esta vez, se ofrece pagar para que se reanuden los tours de la Casa Blanca cancelados por los recortes del 'sequester'.

La bola de cristal: y aunque hay mucho experto explicando porque Jeb Bush no puede ganar sólo por su apellido, yo digo que al menos se va a presentar y que si logra la nominación puede ser un rival formidable para cualquier demócrata.

domingo, 10 de marzo de 2013

Cenando con su enemigo: Obama tiende puentes

Lo único bueno de llevar una semana peleando con esta maldita gripe es que a uno le deja tiempo para actualizar el blog... Por lo menos eso!

Dos horas y veinte minutos han sido suficientes para cambiar, aunque sea un poco, el clima en Washington. Las dos horas y veinte minutos que duró la cena del presidente Obama con un selecto grupo de doce senadores republicanos el pasado miércoles. Tras un primer mandato de oposición salvaje y un inicio del segundo con una Casa Blanca muy combativa, el fracaso a la hora de evitar la entrada en vigor del 'sequester' puede haber templado lo suficiente los ánimos como para que sepueda pensar en llegar a acuerdos.

Parece que todo el mundo salió con un buen sabor de boca y la cordialidad del encuentro ha encendido de nuevo las conversaciones sobre un posible "Grand Bargain", es decir, un gran acuerdo a largo plazo para reducir el déficit en el que los republicanos accedan a subir los impuestos y los demócratas a recortar la espiral de gasto provocada por programas sociales de 'entitlements' como Medicare o Social Security. Al menos hay esperanza, como ha apuntado uno de los asistentes, el senador republicano Tom Coburn:
"Es el primer paso que el presidente ha dado para acercarse y hacer como otros presidentes en el pasado -- desarrollar relaciones y construir confianza. Si continuan haciendo eso, así es como se empieza a conseguir hacer algo"
Además de su cena con esos senadores que podriamos llamar moderados, Obama ha estado permanentemente al teléfono con otros republicanos y ha invitado a comer en la Casa Blanca a los dos pesos pesados de la Cámara de Representantes en materia de presupuestos: el republicano Paul Ryan y el demócrata Chris Van Hollen. Para esta semana además va a visitar el Capitolio para reunirse con cada uno de los dos partidos en las dos cámarar. El presidente se ha puesto manos a la obra en la causa del bipartidismo al darse cuenta de que si no, poco futurohay para sus planes sobre el déficit pero también en materia de inmigración, armas, energía...

En este nuevo enfoque Obama no sólo abandona la retórica dura de los últmos tiempos sino que también cambia lo que ha sido su forma habitual de relacionarse con el Congreso: hasta ahora el presidente había dejado que el vicepresidente Joe Biden se ocupara de pelear en el Capitolio y él había tratado casi exclusivamente con el líder republicano John Boehner. Ahora intenta precisamente lo contrario, cultivar lazos con legisladores de a pie y excluir en cierto modo al speaker Boehner y al líder republicano en el Senado Mitch McConnell, que sin ir más lejos se han cerrado en banda a hablar siquiera de nuevos impuestos.

Por si alguien le interesa, por cierto, fue Obama personalmente el que se hizo cargo de la factura de la cena con los senadores. Todo sea por el acuerdo.

De propina: el país tiene ganas de acuerdo, desde luego, si no es difícil explicarse esta frase de todo un conservador como el exsenador y hoy gobernador de Kansas, Sam Brownback "Necesitamos a Ted Kennedy. Es difícil decirlo para un tipo como yo, pero Ted hablaría con los del otro lado y diría 'por el bien del país, necesitamos resolver este prolema'. Necesitas gente que tome la responsabilidad así"

La bola de cristal: Obama dijo a los senadores que habría que llegar a un "Grand Bargain" en tres o cuatro meses. Yo creo que si no es en ese plazo, no será.

sábado, 9 de marzo de 2013

2016 Rand Paul quiere ser presidente

En mi relato del filibuster de Rand Paul se me olvidó contar casi lo más importante, el por qué lo hizo. Este organizado acto de rebeldía sonaba mucho a lanzamiento publicitario para su más que probable campaña por la nominación presidencial para 2016. Poco importa que al final la confirmación de John Brennan como director de la CIA saliera adelante al día siguiente por 63-34. Paul la desbloqueó tras decir que había conseguido que el gobierno le diera explicaciones sobre el uso de su programa de aviones no tripulados o 'drones,' pero había conseguido algo mucho más importante.

No hablo de los 40.000 seguidores más que logró en los días siguientes y tampoco de las horas de televisión gratuita que como bien sabe cualquier estratega político de nuestro tiempo, son la clave para lograr el objetivo más codiciado por un político: 'name recognition' o fama, en el buen sentido. Lo que quiero decir es que con ese acto de orquestada rebeldía, Paul logró un momento emotivo perfecto para lanzar la idea de él como presidente: primero porque los posibles ataques con drones en EEUU es un asunto que preocupa y mucho a su base libertaria, y luego porque pese a su imagen de 'outsider' se aseguró de tener el apoyo de los líderes republicanos del Senado y que desmontó la operación antes de que se volviera inasumible para ellos. Una señal de madurez.

Porque a nadie se le escapa que Rand Paul necesita algo más que a las masas libertarias que impulsaron a su padre Ron Paul en las últimas dos temporadas de primarias. El ejército libertario de Paul era entusiasta y bien organizado pero no pudo imponerse en un sólo estado, aunque sí logró resutados notables en muchos. Su preocupación extrema por las libertades individuales tiene mucho eco en parte del electorado, pero su ración de teorías conspiratiorias y rechazo de casi cualquier programa gubernamental minan sus posibilidad. Para lograr algo, el hijo tendrá que proponer un enfoque algo más conservador. En su última campaña de primarias Ron Paul ya trató de no atacar mucho a Mitt Romney en el tramo final y siempre se interpretó que lo hacía para no dañar las relaciones de su hijo con el establishment republicano de cara a una futura campaña por la presidencia.

Por supuesto no a todo el mundo le ha gustado ni el numerito del filibuster ni la nueva prominencia de Paul. Es curioso como otro posible candidato como Marco Rubio le apoyó, pero hay veteranos que le han puesto de vuelta y media empezando por el excandidato presidencial y también senador John McCain: "Siempre son los pájaros raros de la izquierda y de la derecha los que tienen el altavoz de los medios". La cita, para sorpresa de nadie, no le ha caído bien al senador Paul pero él sigue su camino. Por lo pronto ya ha dicho que considera "seriamente" la posibilidad de presentarse a presidente porque "nuestro partido necesita algo nuevo, fresco y diferente". Eso es decirlo todo.

De propina: Obama ha recibido estos días una buena y una mala noticia. El paro ha bajado al 7,7%, el mínimo desde que es presidente. Sin embargo ya va notando que se disipa el efecto de su victoria: la aprobación del presidente ha caído siete puntos en dos semanas hasta situarse en un pobre 43%. Cosas de los recortes del 'sequester', del que los estadounidenses culpan por igual al presidente y a los republicanos.

La bola de cristal: otro que se prepara para presentarse a presidente en 2016 es Jeb Bush. Hay ganas de escribir sobre él y sobre algún error de novato que está cometiendo. Pronto, pronto.

jueves, 7 de marzo de 2013

FILIBUSTER ¿Por qué Rand Paul habló ayer 13 horas en el Senado?

El filibusterismo es una tradición parlamentaria bonita, curiosa y francamente disfuncional para los tiempos en los que vivimos. Tiene su origen en un concepto interesante: que una vez que un senador tenía la palabra nadie podría quitársela, o lo que es lo mismo, que fuera imposible limitar el debate. No hace falta ser un lince para darse cuenta de que, según este razonamiento, cualquier senador podía arrancarse a hablar cuando iba a aprobarse una ley que le disgustaba y así bloquear el debate indefinidamente.

El argumento a favor del filibusterismo tiene mucho que ver con la tradición política estadounidense y la protección a las opiniones minoritarias frente a la "tiranía de la mayoría", pero es evidente que no facilitaba que se sacara adelante el trabajo legislativo. Por eso hará un siglo que el Senado adoptó su "regla 22" que permitía dar por terminado el debate con o sin filibuster por mayoría de dos tercios. En 1975 se rebajó aún más el umbral hasta los 60 votos, pero la realidad es que tener ese tipo de "supermayoría" es poco habitual.

Ayer el senador republicano Rand Paul de Kentucky, con ayuda de varios de sus compañeros, decidió parar el debate hablando durante trece horas seguidas. Sobre la mesa estaba la confirmación de John Brennan como director de la CIA. Al libertario Paul le preocupa y mucho el programa secreto de ataques mediante 'drones', aviones no tripulados, y en particular la posibilidad de que puedan extenderse a asesinatos de estadounidenses en territorio estadounidense. Quería llamar la atención sobre esto y desde luego que lo logró. Para la pequeña historia del Senado queda la frase con la que concluyó:
"Seguiría durante otras 12 horas para intentar romper el récord de Strom Thurmond pero he descubierto que hay algunos límites al obstruccionismo y voy a tener que ocuparme de uno de ellos en unos pocos minutos (...) Les agradezco mucho la paciencia y cedo la palabra"


Reconoce así que sus 13 horas palidecen frente al récord absoluto de la historia del Senado, las más de 24 que aguantó hablando el infame senador de Alabama Strom Thurmond hasta hacer descarrilar la Ley de Derechos Civiles de 1957. Más o menos el mismo tiempo que aguantó, en la ficción por supuesto, el protagonista de la película "Mr. Smith goes to Washington" (en españa "Caballero sin España"). La maniobra obstruccionistas más famosa de la cultura popular, que podéis ver aquí.

De propina: la administración Obama intenta hacer patentes los recortes del 'Sequester' de formas bastante estúpidas, como cancelando los tours de la Casa Blanca. O poco se está notando o no han sabido mirar bien...

La bola de cristal: seguro que los cabreados demócratas ya están pensando en revivir la reforma de las reglas del Senado para limitar aún más el filibusterismo.

 

lunes, 4 de marzo de 2013

SEQUESTER Los republicanos, ni un paso atrás

El fin de mundo ha llegado, otra vez. Tras el fracaso anunciado de una reunión de última hora para guardar las apariencias, el recorte arbitrario de 85.000 millones conocido como 'sequester' ya está en vigor, sus consecuencias empiezan lentamente a sentirse y además sin fecha prevista para solucionarse.

Los demócratas siempre pensaron que como los brutales recortes afectaban tanto a la defensa, los republicanos se lo iban a pensar dos veces antes de dejar que se hicieran realidad. También esperaban que cedieran para no pagar el precio electoral que tendrá cabrear a los muchos ciudadanos afectados y que aceptaran un acuerdo, pero no. Como ha dicho el congresista demócrata Gerry Connolly (Virginia): "Hemos perdido la apuesta en cuán intransigente puede ser la mayoría republicana. Cometimos un error apostando a que al final habría un compromiso razonable. Apostamos a eso y perdimos".

Preocupados por paracer "blandos" ante sus bases de cara a las próximas primarias republicanas, los líderes del partido en el Congreso lo han dejado bien claro: no alcanzarán ningún acuerdo que conlleve recaudar más dinero con los impuestos, ni siquiera a través de eliminar deducciones. El speaker de la Cámara de Representantes John Boehner lo ha dejado bien claro: "El presidente logró 650.000 millones subiéndole los impuestos a los americanos el uno de enero, ¿cuánto más quiere? ¿Cúando va a ocuparse del gasto?"

Boehner se refería desde luego a la negociación del Abismo Fiscal en la que Obama logró que no se renovaran los recortes de impuestos a los más ricos impulsados por George W. Bush. Los republicanos saben bien que perdieron aquella batalla y que no pueden permitirse caer de nuevo. Los líderes se juegan sus puestos si pactan otra subida de impuestos y los congresistas y senadores no quieren que les desafíen en las primarias de su propio partido por votar algo así. La única esperanza para un acuerdo es que los efectos del 'sequester' se empiecen a sentir y los republicanos sufran la presión popular. De momento y tal vez por unos meses, no parece probable.

De propina: la buena noticia es que Obama y Boehner por lo menos están de acuerdo en no echar el cierre al gobierno federal y ampliar el presupuesto en vigor para que no se quede sin dinero a finales de marzo. Al menos esa otra crisis artificial tiene pinta de que se ha evitado.

La bola de cristal: Mitt Romney sigue alejándose del papel discreto que tradicionalmente tiene el candidato perdedor. En una entrevista ha confesado que "le mata" no haber ganado y que en su corazón, creyó que lo lograría hasta el día de las elecciones. Sigue ejerciendo de mal perdedor pero creo que al final tendrá que resignarse al hecho de que en su partido, lo han olvidado.

viernes, 1 de marzo de 2013

Obama vence en la batalla de las nominaciones

El presidente Obama se la jugó con el nombramiento de su gobierno y de momento, le sale bastante bien. Más confiado que en su primer mandato, incluyó figuras polémicas a sabiendas de que su confirmación en el Senado levantaría una buena polvareda. Cogió a un excandidato presidencial como John Kerry para secretario de Estado, pero su experiencia y contactos tras décadas en la cámara hacían difícil pensar. El gran escollo iba a ser la oposición al nombramiento del exsenador Chuck Hagel como secretario de Defensa. Ya lo contamos aquí: un republicano, sí, pero también el peor azote de George W. Bush contra el fracaso de la guerra en Iraq y on n historial complejo hacia Israel.

Pues bien, a pesar de las reticencias iniciales y de una actuación bastante desastrosa en su interrogatorio ante el comité, Hagel ha sido confirmado por la cámara. Los republicanos no tuvieron el cuajo o los argumentos necesarios para filibustear la votación y su nombramiento salió adelante por 58 votos contra 41, logrando incluso que cuatro de sus excompañeros de partido le dieran el sí. Una victoria para el presidente Obama que hace gala así de un renovado músculo políticoy bastantes menos complejos de cara a este segundo mandato.

Tras Kerry y Hagel, también ha recibido el visto bueno del Senado Jack Lew, que por tanto pasa de ser jefe de gabinete de Obama a secretario del Tesoro. Aunque las fuertes críticas a Hagel le han hecho pasar desapercibido, lo cierto es que su confirmación tampoco estaba asegurada. Durante su etapa en la Casa Blanca no había hecho demasiados amigos en el Senado y además su historial financiero tenía algún que otro punto oscuro, pero con todo ello ha logrado la luz verde en una cómoda votación 71-26 llevándose inluso una veintena de votos republicanos.

Al presidente aún le quedan muchas confirmaciones pendientes, como la controvertida apuesta por John Brennan como director de la CIA.

De propina: como ya anticipamos, los políticos necesitan guardar las apariencias antes de que mañana entren en vigor los terribles recortes del llamado 'Sequester'. Puede que solo para hacerse la foto, pero el speaker John Boehner y Obama se van a ver el, viernes.

La bola de cristal: ...y no creo yo que sirva para nada.

martes, 26 de febrero de 2013

SEQUESTER El juego de la culpa

Este próximo viernes, uno de marzo, entra en vigor el llamado 'sequester". Ya explicamos por aquí que es un conjunto de recortes presupuestarios automáticos por valor de 85.000 millones que hacen peligrar la recuperación económica. Pues bien, a tres días de ese desastre, nada se mueve. No hay reuniones previstas ni se está negociando, parece que la Casa Blanca y los republicanos han asumido que van a hacerse realidad y ya han pasado al siguiente capítulo: tratar de echarle la culpa al otro.

Los republicanos defienden que todo esto del 'sequester' fue para empezar idea de Obama y que por tanto, la culpa de los desastres por llegar es del presidente. Los demócratas, por el contrario, dicen que los republicanos se niegan a negociar sólo para salvar a los ricos de pagar más impuestos. La gracia es que toda esta historia se diseñó para 'meter miedo', es decir, para ofrecer una alternativa tan terrible que a los republicanos y a los demócratas no les quedara más remedio que llegar a un acuerdo... pero incluso ellos mismos han minusvalorado su capacidad para encabezonarse.

El viernes se acerca inexorable y los diferentes departamentos del gobierno federal tienen que empezar a pensar de dónde recortar y tienen alrededor de un mes. Los expertos pronostican despidos de empleados públicos, ralentización de servicios...

De propina: en este juego destructivo de echarse la culpa, parece que Obama va ganando. Según esta encuesta el 45% de los estadounidenses piensa que el 'sequester' es responsabilidad de los republicanos y sólo un 32% mira hacia el presidente.

La bola de cristal: y lo peor está aún por llegar. El 27 de este mes concluye el último aplazamiento del presupuesto así que si congresistas y senadores no toman cartas en el asunto, habrá que echar el cierre al gobierno... con las consecuencias que ya explicamos la última vez que surgió el problema.




jueves, 21 de febrero de 2013

SEQUESTER el uno de marzo se acaba el mundo... otra vez

Primero fue el techo de deuda, después el precipicio fiscal, luego de nuevo el techo de deuda y ahora el 'sequester'. Estados Unidos vive una tortura económica autoimpuesta, siempre al fino de un nuevo cataclismo económico que por suerte se ha venido evitando hasta ahora. Pero empecemos desde el principio: ¿qué es el sequester?

Es el nombre que se le ha dado a los recortes que entrarán en vigor automáticamente el próximo uno de marzo y que son resultado de los diferentes parches con los que se han superado las crisis del pasado que antes mencionaba. Para salvar la primera crisis del techo de deuda, se llegó al acuerdo de programar unos brutales recortes para finales de 2012 en la esperanza de obligar así a demócratas y republicanos a llegar a un acuerdo: los primeros por salvar los programas sociales y los segundos por evitar el recorte en defensa, que es la mitad de todo el tijeretazo previsto por el sequester. Tenían que haber entrado en vigor el pasado 31 de diciembre en lo que se llamó el precipicio fiscal o fiscal cliff, pero un acuerdo de última hora los aplazó tres meses hasta llegar a donde estamos.

A pesar de los escalofríos que les provoca el tajo que se va a llevar la defensa, los republicanos están decididos a no ceder. Su principal portavoz en temas presupuestarios, el excandidato vicepresidencial Paul Ryan, ha dicho que se negarán a cualquier acuerdo que incluya aumentar los ingresos. Dado que los demócratas se negarán a cualquier solución que pase sólo por el recorte, el drama está servido. Obama por su parte se esfuerza en poner el foco en los bomberos o militares que sufrirán las consecuencias incluso perdiendo su empleo.

El presidente quiere poner toda la presión sobre la oposición para que si no hay acuerdo antes del uno de marzo, y no parece que lo vaya a haber, los republicanos se lleven la culpa. Yo diría que tiene las de ganar porque el argumento republicano es difícil de comprender: dicen que los recortes amenazan la seguridad nacional pero los apoyan porque no quieren más deuda. El tema es que si los grandes financieros y la industria militar le ven las orejas al lobo van a presionar muy duramente a sus amigos republicanos del Congreso... y a ver hasta dónde resisten. La respuesta la tendremos de aquí al día uno.

De propina: y los republicanos llegan a la batalla en un momento complicado. Por un lado Obama está en su máximo nivel de aprobación de los últimos tres años, un 55%, mientras que sus oponentes republicanos están más bien al contrario. Sólo un 22% de los estadounidenses se consideran republicanos.

La bola de cristal: mirad que voy con tres años de adelanto y me expongo a dar un patinazo tremendo... pero aún así: creo que el presidenciable senador Marco Rubio lo lleva mal para las primarias y muy mal para las generales. Ahí queda.

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