martes, 30 de marzo de 2010

Aún divididos sobre la Reforma Sanitaria

Su aprobación ha hecho aumentar ligeramente su popularidad pero la Reforma Sanitaria sigue creando una honda brecha que divide casi en mitades exactas a la población de EE.UU. El 50% de los estadounidenses cree que su aprobación fue "algo malo" mientras que un 47% lo considera "algo bueno". Los datos del último sondeo de Gallup para USA Today no pueden mostrar más igualdad. 
 
La figura de Obama, que se había resentido mucho de la amarga lucha en el Congreso, no ha tenido un subidón después de que se aprobara su primer gran proyecto. Ha recogido un ascenso de cinco puntos en los sondeos que yo achaco no a la reforma en sí misma, sino al hecho de que por fin se ha apuntado una victoria (Opinion Research para CNN y Research 2000 para el izquierdista DailyKos)  No es como para tirar cohétes, sobre todo teniendo en cuenta que el número de estadounidense que aprueban su gestión y los que la desaprueban es casi idéntico (51% a 48%).
 
En todo caso los republicanos ya han decidido que éste asunto, el de la erforma sanitaria, será el centro y el eje de su campaña para recuperar las dos cámaras del Congreso en las próximas elecciones de mitad de mandato. Más claro de lo que lo ha dejado el senador Jim DeMint no se puede dejar: "En noviembre descubriremos quién ganó y quién perdió esta batalla".

martes, 23 de marzo de 2010

¿Victoria o derrota?















No hubo susto en el Senado. Obama ya ha firmado la Reforma Sanitaria y se ha convertido en ley para todos los estadounidenses. Que es un hecho histórico, pocos lo dudan, pero: ¿Qué significa para su presidencia?

¿Una gran victoria porque la ha sacado adelante?
¿Una derrota porque no ha llegado suficientemente lejos?
¿Un error que le perseguirá toda su vida?
¿Una ofensa a la clase media que hundirá electoralmente a los demócratas?
¿Una reforma histórica que parecerá aún mejor con los años?

lunes, 22 de marzo de 2010

Victoria histórica para Obama. Habrá reforma sanitaria

Seguro médico para 32 millones de personas que no lo tienen... ¡y de milagro! La Cámara de Representantes ha votado 219-212 a favor de una reforma completa del sistema sanitario de Estados Unidos. Una victoria exigua pero insuficiente, que como era previsible no ha contado con ni un sólo voto republicano a favor y con la oposición de 34 demócratas. Poco importa eso hoy a la Casa Blanca, que está de fiesta tras lograr su primera gran victoria de la legislatura; les ha costado 14 meses.
 
Más allá de las consecuencias políticas, que las habrá, está claro que Obama ha triunfado donde muchos otros fracasaron. Desde el presidente Franklin D. Roosevelt en los años 30, muchos inquilinos de la Casa Blanca lo habían intentado y ninguno había logrado siquiera llevarlo a votación. Tras muchos desvelos y disgustos, está orgulloso y no lo oculta.
 
"Esta noche, después de casi cien años de conversaciones y frustración, después de décadas intentándolo y de un año de esfuerzo continuo y debate, el Congreso de los Estados Unidos ha declarado al fin que los trabajadores americanos, las familias americanas y los pymes americanas merecen la seguridad de saber que, en este país, ni una enfermedad ni un accidente deben poner en peligro los sueños por los que han trabajado durante toda una vida"
 
"Este es el aspecto del Cambio" dice Obama, que no habla de revolución pero sí de "importante cambio". Escucharemos estas palabras muchas veces porque Obama, después de promulgar la reforma la semana que viene, empezará un "tour" para promocionar las ventajas de la nueva legislación. Al final los discursos y las votaciones importarán poco, todo se juzgará por el éxito de las reformas tanto tiempo esperadas.

viernes, 19 de marzo de 2010

Este domingo es la clave: Sí o No a la Reforma Sanitaria

La Cámara de Representantes se prepara para una de las votaciones más importantes de los últimos años. Hacen falta 216 "síes" para que la propuesta de reforma que salió de la cámara, añadidas las modificaciones del Senado, salga adelante. En este mismo momento la Casa Blanca trata de arrastrar los votos de los demócratas indecisos en busca de la que sería la primera gran victoria de Obama. Se negocian restricciones al aborto con dinero público y otras cuestiones de detalle. Es el momento decisivo.

La hora límite parece ser las 7 de la tarde del domingo, hora peninsular española, cuando la cámara entrará en sesión antes de votar. Hasta ese momento el propio presidente llamará a los legisladores para convencerles, después de hacer ayer su último alegato público a favor de la reforma. La frase central del discurso: "La única pregunta que queda es la siguiente: ¿vamos a dejar que los intereses particulares ganen de nuevo o vamos a hacer que esta votación sea una victoria para el pueblo americano?"

Ése es el argumento que la poderosa maquinaria online de Obama traslada desde ayer a millones de direcciones de correo electrónico que recopiló en la campaña. Emails en los que se invita a los partidarios de la Reforma a ponerse en contacto con sus representantes en el Congreso para presionarles o para felicitarles por su apoyo.

Si la cosa sale bien, Obama podría firmar las primeras leyes de la reforma el mismo domingo. La última palabra, como siempre, la tiene el Senado que debe dar el visto bueno final a las modificaciones. Sólo entonces, Obama podría irse de fiesta. Ahora tiene que conseguir los votos o asumir una derrota que puede hundir su presidencia.

martes, 16 de marzo de 2010

El año del Tigre

No tengo costumbre de hacerlo pero hoy reproduzco parte de este artículo de corresponsal de la Vanguardia en Beijing, Isidro Ambrós, que me ha parecido muy gracioso.  A medio camino entre la superstición, la geoestrategia y la risa tonta.
 
Seguramente, antes de llegar a la Casa Blanca, Barack Obama era consciente de que en caso de resultar elegido presidente de los Estados Unidos, debería lidiar en alguna ocasión con las autoridades chinas. También se imaginaba que habría asuntos en los que habría sintonía y en otros discrepancias. Pero lo que seguramente tanto Obama como sus asesores desconocían son los aprietos que acostumbran a pasar los presidentes de los Estados Unidos durante el año del tigre.

Seguramente es pura coincidencia del calendario, pero en los últimos sesenta años, cada vez que toca una anualidad de este animal los inquilinos de la Casa Blanca sufren. En 1950, Harry S. Truman decidió intervenir en la guerra de Corea y se consolidó la guerra fría, un enfrentamiento con el bloque comunista que se prolongaría hasta la caída del muro de Berlín en 1989. En año 1962, el mundo estuvo al borde de la tercera guerra mundial por la instalación de misiles soviéticos en Cuba y el entonces presidente estadounidense John F. Kennedy pasó los trece peores días de su presidencia. Doce años más tarde, en 1974, Richard Nixon dimitió el 8 de agosto de aquel año como consecuencia del llamado escándalo Watergate, un caso de escuchas ilegales en la sede del Partido Demócrata ordenado por la propia Casa Blanca. En el 1986, el entonces presidente Ronald Reagan tuvo que afrontar el llamado caso Irangate, un asunto de venta secreta de armas a Irán, por parte de compañías de Estados Unidos, cuyos ingresos servían para financiar al movimiento contrarrevolucionario de Nicaragua.

Y en el año 1998, en el ecuador de su segundo mandato presidencial, Bill Clinton se vio en el ojo del huracán por el llamado caso Lewinsky. Aquel año, concretamente el 6 de agosto, Clinton se convirtió en el primer mandatario de Estados Unidos en ver refutada su declaración jurada. Mónica Lewinsky declaró haber mantenido relaciones íntimas con el presidente estadounidense en el despacho oval de la Casa Blanca. Esta declaración permitió al fiscal acusar a Clinton de once graves delitos merecedores de un proceso de "impeachment" o impugnación presidencial, por perjurio, abuso de poder y obstrucción a la labor de justicia. Finalmente, Bill Clinton fue declarado "no culpable" y salió airoso del "impeachment" debido a que no llegó a tener la mayoría de los dos tercios de los votos necesarios en contra para destituirlo.

Lo que le deparará a Obama el 2010 no lo sabe nadie. Sin embargo, el tigre asiático ha empezado el año rugiendo. A Pekín le ha disgustado profundamente que el presidente de Estados Unidos recibiera al Dalái Lama en la Casa Blanca, aunque fuera en el Salón de Mapas y no en el Despacho Oval. Una clara señal a las autoridades chinas de que el mandatario estadounidense se ha entrevistado con un líder espiritual y no un dirigente político. Sin embargo no ha sido esta la interpretación que ha hecho el gobierno de Pekín.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Última oportunidad para la reforma sanitaria

El presidente Obama va a presentar esta madrugada una nueva protesta para la Reforma Sanitaria. El texto incluye algunas ideas republicanas para hacérselo más "tragable" a la oposición. Es evidente que no va a crear un consenso imposible pero tal vez sí arañar un voto, dos (Olympia Snowe, Susan Collins) en el Senado. Sin embargo lo más probable es que la propuesta aparezca con una una mano tendida que pueda justificar el uso de la reconciliación sin que el país se eche a la calle en protesta.

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