jueves, 9 de febrero de 2012

Descarrila Mitt Romney? Apuntadme al no

Pues que Rick Santorum está de moda. Tuvo un magnífico martes en el que ganó los caucus de Colorado y Minnesota y la primaria de Missouri. Ha demostrado lo más importante, que era capaz de ganar más allá de Iowa. Una noticia terrible, sobre todo, para Newt Gingrich que corre serio peligro de perder el puesto de "rival conservador" de Mitt Romney.

Sin embargo, como nada aburre más a los periodistas que un culebrón donde el final está bien claro, la pregunta de moda entre los analistas vuelve a ser: ¿Qué pasa con Mitt Romney? ¿Por qué no cierra este asunto de una vez? La respuesta es evidente, porque no es un conservador al uso y por tanto no cuenta con la confianza de una porción muy importante de los votantes republicanos, conservadores al uso. Otra cuestión muy diferente es si este asunto pone en peligro su camino a la nominación.

A Mitt Romney le queda un mes y cuatro estados hasta llegar al Supermartes. Es el único candidato capaz económicamente de competir con posibilidades en todos sitios. Las únicas victorias que le han "robado" hasta ahora han sido en estados donde sus rivales han podido dedicar mucho esfuerzo olvidándose de los mes, pero con diez citas el mismo día, no sé si veo claro que puedan hacerle daño el Supermartes.

Con este panorama tan fragmentado, el peor enemigo de Romney es la matemática de los delegados. Asumiendo que ganará en los estados liberales del Noreste y en la Costa Oeste, Gingrich y Santorum pueden repartirse el Sur y el Medio Oeste, más conservadores. Si a eso le sumas que Ron Paul se hará con algunos delegados te da un resultado incierto. Romney necesita una mayoría de 1.144 delegados que con tanto reparto, no es fácil de alcanzar.

Yo soy de los que pienso que su dinero y su organización acabarán por imponerse a ese "ejército de Pancho Villa" que son sus rivales. La maquinaria de Romney ya machacó a Gingrich con publicidad negativa y ahora que Santorum levanta cabeza, es más que probable que le pase lo mismo. La ventaja táctica me parece muy grande y creo que será decisiva.

De propina: las voces malvadas señalan que el excandidato Tim Pawlenty ya puede olvidarse de ser candidato a vicepresidente. Su apoyo no le ha valido de nada a Romney en los caucus del estado del que fue gobernador, Minnesota, donde ha quedado tercero.

La bola de cristal: la popularidad del Congreso en mínimo histórico, al 10%... Yo creo que subirá, no veo como puede bajar más!

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