lunes, 14 de noviembre de 2011

Mitt Romney, todo a favor

Mitt Romney lo tiene todo a su favor para hacerse con la nominación republicana a la presidencia y eso significa estar en una posición envidiable a la vez que peligrosa: las ventajas por un lado están claras. Hay una gran porción del establishment republicano al que básicamente le da igual quién gane estas primarias con tal de estar ellos mismos en el bando ganador: cuánto más segura parece la victoria de Romney, más apoyo logra de ese establishment en forma de endorsements, talento y donantes. Esa gente mira las encuestas y lo que quiere es decidir un candidato rapidito y defenderlo bien para que pueda con Obama dentro de un año.

Por otro lado no hay lugar más peligroso que la cumbre, porque todos quieren bajarte. Hasta ahora candidatos como Herman Cain, Rick Perry, Newt Gingrich o Michele Bachmann se han peleado entre ellos por convertise en alternativa a Romney pero cuando uno de ellos lo haya logrado, probablemente hacia final de añ), va a dirigir toda su artillería contra el exgobernador de Massachusetts. Ya lo hemos dicho muchas veces, Mitt Romney tiene a su favor la "electabilidad" de un empresario exitoso y casi centrista (para lo que son los republicanos hoy en día, claro) pero no encandila a las bases. Para ganar tiene que mantener la carrera controlada y no cometer errores a estilo Perry. De momento lo está haciendo de maravilla.

A los conservadores nunca les va a encantar Perry pero no van a tener más remedio que tragar con él porque Perry les ha salido rana, Cain es demasiado extravante hasta para ellos, Bachmann no tiene madera de candidata y la última resurrección de Gingrich es a la desesperada. Además quieren echar a Obama más que cualquier otra cosa... Por eso algunos ya se han hecho a la idea y a mes y medio de Iowa ya dicen eso de "que pase el trago rapidito y a pensar en la general"

De propina: Fue triste escuchar a Bachmann decir que si fuera presidenta volvería a usar el ahogamiento simulado o waterboarding en los interrogatorios antiterroristas. Lo verdaderamente penoso fue el aplauso que vino después.

La bola de cristal: no me creo la resurrección de Newt Gingrich en las encuestas. Es un tipo inteligentísimo y da gusto oírle, pero su tiempo ha pasado por mucha tirria que le tengan las bases a Romney.




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