En realidad todo comenzó por una historia menor. Un famoso profesor afroamericano de la Universidad de Harvard, Louis Gates, fue detenido por la policía. Alguien había llamado informando de un intento de robo en una casa y cuando el agente llegó al lugar, no encontró a nadie y llamó a la puerta. Aparentemente, el propio Gates había olvidado las llaves y había forzado una ventana para entrar a su vivienda. Tiene lugar entonces una discusión en la que Gates cree que lo están maltratando por motivos raciales y acaba en una celda durante cuatro horas por desorden.
Hasta aquí todo correcto pero, por motivos obvios, Obama recibió una pregunta sobre el tema. Aclaró que Gates era amigo suyo, y dijo que a la vista de los datos parecía que la policía había actuado "de forma estúpida" y con motivación racial.
Oh.oh.oh error. Los votantes de "ley y orden" no suelen ponerse del lado de los detenidos, a pesar de que los motivos de ciertos agentes de policía resulten cuestionables. Quizás por eso Obama ha tenido que echarse atrás ante la prensa ("palabras desafortunadas") y además llamar al agente de policía en cuestión, que dijo que le pareció un buen hombre y que probablemente arrestador y arrestado fueron víctimas de una confusión. Ambos están invitados a la Casa Blanca, veremos si acuden de la mano...
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