martes, 29 de enero de 2013

El ¿adiós? de Hillary

Bill y Hillary Clinton están buscando casa. Algo tranquilo frente al mar, en la exclusivísima costa neoyorquina de los Hamptons. Hillary se prepara así para una vida más cómoda después de ser primera dama, senadora y en este último tiempo secretaria de Estado. Y se está despidiendo del cargo con honores: cierto que ha pasado por el Senado para testificar por el desastre de Bengazi pero ha salido sin mayores heridas y su todavía jefe ha querido hacerle un homenaje en toda regla.

Casi por sorpresa, Obama acompañó a Hillary en una entrevista conjunta de despedida en el programa 60 minutes y no ahorró elogios:

"Sólo quería tener la oportunidad de decir públicamente gracias, porque creo que Hillary pasará a la historia como uno de los mejores secretarios de Estado que hemos tenido. Hemos tenido una gran colaboración durante los últimos cuatro años"

Pero como las palabras se las lleva el viento, Obama ha hecho por ella algo más importante: un grupo de partidarios del presidente se ha encargado de buscar a 120 donantes que pusieran dinero para saldar las últimas deudas de la campaña de Hillary de 2008. Aquel año acabó debiendo 20 millones y el año pasado aún le quedaban 250.000 que pagar. Tras la intervención de estos 'amigos' ahora tiene más de 200.000 de superávit.

No está mal para dos personas que en las primarias hace cinco años dijeron cosas horribles el uno de la otra. Terribles acusaciones, puñaladas traperas... Y sin embargo Obama tuvo la generosidad y la inteligencia de darle un puesto de relumbrón, mientras que Hillary fue igualmente generosa e inteligente al aceptarlo y mantener hacia su jefe una lealtad irreprochable durante todo este tiempo. Nunca "le ha hecho la cama" al presidente como hubiera cabido esperar después de haber tenido enfrentamientos así de amargos en el pasado.

Ahora tiene que pensar si quiere ser presidenta, lo que yo doy casi por seguro, y de cara a 2016 podría verse las caras con el actual vicepresidente Joe Biden. Un difícil conflicto de lealtades para Obama. Tradicionalmente el presidente no se inmiscuye en las primarias de su propio partido pero tiene otros muchos medios de influir en el proceso, empezando por una red de partidarios como no existe otra y acceso a grandes donantes como los que le han hecho el favor de pagarle la deuda a Hillary. Algunos presidentes mueven los hilos para proteger su legado, o por enemistades personales, pero al menos de cara a la galería suelen mantenerse equidistantes. Y Obama sabe bien jugar a esto, como ha dicho en su entrevista junto a Hillary: "los periodistas sois incorregibles. Tomé posesión hace cuatro días, literalmente. Y tú me hablas de unas elecciones dentro de cuatro años".

De propina: mañana Obama presenta su iniciativa en materia de inmigración y lo hace en un clima optimista. Hoy ocho senadores de los dos partidos han acordado un borrador de medidas que incluye una vía para que los inmigrantes ilegales que ya están en EEUU obtengan la nacionalidad cumpliendo una serie de condiciones.

La bola de cristal: una noticia muy triste para democracia. En la pasada elección 200.000 personas que tenían pensado votar en Florida no lo hicieron por culpa de las colas. Y aunque Obama ha prometido soluciones, yo soy escéptico y creo que el estadoseguirá siendo un desastre electoral en el futuro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Amigos de El Diario