miércoles, 7 de septiembre de 2011

Para terminar el verano: las malditas encuestas y el debate de mañana

Qué cosa tan graciosa que son las encuestas. Ahora mismo todas sitúan la aprobación de Obama entorno a un miserable 43% y alrededor de 73% dice que el país no va en la dirección adecuada. Unas cifras más que preocupantes porque la sabidurí popular dice que las posibilidades de reelección de un presidente se miden bien con su aprobación al final del tercer año. En esto Obama se parece más a Carter que a Clinton y sin embargo... La gente le quiere, según la misma encuesta que desvela el decontento con su gestión, se ve que nada menos que un 74% le aprecia "personalmente". Habrá que ver qué influye más a la hora de decidir el voto pero en ese atractivo reside una de sus mejores bazas para la reelección. Pese a tanta retórica encendida, a los estadounidenses les gusta Obama. Al que las encuestas no le traen sin buenas noticias es a Rick Perry. La última incoporación a las primarias republicanas destaca por encima de los demás, condenando al supuesto "favorito" Mitt Romney a un distante segundo puesto. Michele Bachmann, por suparte, ve que el gobernador de Texas le ha robado su estrellato conservador y ha decidido despedir a lpsus jefes de campaña para recuperar el liderazgo en Iowa, el estado decisivo para ella que se le está escapando entre las manos. Si Perry arrasa allí y se carga de momentum Romney puede tener problemas para vencer su estado clave, el siguiente, Iowa. Dos encuestas recientes pintan un panorama nacional que sólo gusta a Perry: Perry (38%), Romney (23), Ron Paul (9), Bachmann (8). Pero todo puede cambiar mañana... Rick Perry se enfrenta a su primer debate mañana miércoles... Es cómodo hacer campaña sin que te repliquen pero ahora le toca demostrar su verdadera valía. Sus rivales ya están bien entrenados yu na metedura de pata grande podría situarle fuera de juego. Será interesante ver tambíen si Mitt Romney, que hasta ahora ha interpretado el papel de faborito esquivando ataques, se lanza al ataque contra Rmney antes de que acabe de quitarle la merienda. Lo veremos mañana desde la Biblioteca Presidencial Reagan, en California. Al final no coincidirá con el discurso económico de Obama ante el Congreso porque el presidente ha abandonado esa idea algo ridícula de "contraprogramar" a los republicanos. Lo hará al día siguiente cortándoles el ciclo de noticias. De propina: Obama jugará la baza electoral de Iraq reduciendo las tropas estadounidenses a sólo 3.000 según Fox. Habrá que oír a los jefes militares a través de sus amigos en el Congreso y estar muy atentos a la estabilidad del país. Lo mismo se le tuerce. La bola de cristal: al presidente le será difícil acusar de extremismo al Tea Party si deja que los líderes sindicales que le presentan en los actos (en este caso Jim Hoffa Jr.) llamen hijos de puta a sus adversarios políticos. Es sólo una idea

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