Hoy es uno de esos días en que toca escribir del paro, es lo razonable. Uno sabe que el primer viernes de cada mes salen las cifras, con el consiguiente terror para la Casa Blanca, y que normalmente ahí hay noticias. Además este mes son "buenas" noticias, al menos para Obama, ya que se han creado 117.000 nuevos empleos. Todo esto está muy bien, pero claro, entonces te encuentras con la jornada de oración del gobernador de Texas Rick Perry... Y hay que reconocer que tiene más "morbo", que diría alguno.
Hablando de ese nuevo dato del empleo, dejaremos dicho que la tasa ha caído hasta el 9,1% que no es bueno pero deja a Obama mejor de lo que estaba. No mucho mejor, claro, porque ningún presidente ha sido reelegido con una tasa de paro superior al 7,4% y esa es ya una meta imposible para las próxmas elecciones. Si Obama llega a las urnas con un 8,5% ya será mucho... Y todo esto es cierto y es relevante, pero está lo de Rick Perry.
Porque Rick Perry se convierte poco a poco en la última esperanza republicana para no tener que nominar a Mitt Romney. Como gobernador del segundo estado más grande y poblado de la Unión no le pueden achacar falta de experiencia y sus credenciales conservadoras aguantan la comparación hasta con Michelle Bachmann. Dicen los expertos que tal vez es muy Texas, demasiado para el resto del país, pero lo cierto es que sin haber movido un dedo todavía sigue siendo uno del factores importantes en las primarias republicanas de 2012.
Por eso resulta extraño, o tal vez todo lo contrario, ver en la tesitura en la que se ha metido él solito este fin de semana. Hablamos de una jornada de oración por "una nación en crisis" en un estadio de la NFL. Si el asunto ya suena extraño de por sí, la prensa de izquierdas se está dando un festín dando a conocer todos los detalles sobre el acto y en particular sobre sus organizadores: un grupo que sostiene que el 11-S fue un castigo divino por la homosexualidad, otro que cree que la Estatua de la Libertad es un ídolo demoniaco, otro que afirma que los demócratas forman parte de una "red maligna invisible", uno más que cree que el gobierno trata de implantar microchips en todos los ciudadanos para controlar sus mentes... Normal que para un estadio de 75.000 asientos hayan vendido 8.000 entradas.
Y ahí, entre tan magnífica concurrencia, está una de las grandes esperanzas republicanas. Dice que acude como "ciudadano privado" y que no está de acuerdo con todo lo que opinan los organizadores, ¡Menos mal!, pero que el país necesita a Dios. A un sólo Dios, por cierto, ya que los organizadores han aclarado que no se permitirá subir al escenario a nadie que no sea cristiano. Qué difícil se hace hablar del paro algunos días...
De propina: qué pena! Tal cual van las cosas parece que el supermartes de 2012 va a ser muy poco súper... Sólo nueve estados celebrarán primarias y caucus ese día.
La bola de cristal: que buena campaigner está resultando Michelle Bachmann cara a cara. Pierde por la tele pero en vivo convence. Creo que puede ganar Iowa y todo, aunque se estrelle después.
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