lunes, 9 de agosto de 2010

La ofensiva republicana contra la inmigración (la 14ª enmienda)

Estar a la "altura" del radicalismo de los Tea Party y los Minutemen se está volviendo una tarea complicada para los legisladores republicanos en Washington, pero no dejan de ocurrírseles nuevos modos de intentarlo. Personas tan representativas como el líder de la minoría en la Cámara, John Boehner, o los senadores John McCain y Lindsay Graham ya han dicho que hay que pensárselo: un cambio constitucional para que los bebés nacidos en Estados Unidos no sean automáticamente estadounidenses de pleno derecho.

Dicen los republicanos que así no llegarán tantos inmigrantes, pero "tocar" la 14ª enmienda de la Constitución es un asunto complejo en más de un sentido. El texto fue aprobado en los días de la Reconstrucción, tras la Guerra Civil, para que los estados del Sur no pudieran denegar la ciudadanía a los esclavos negros emancipados; y más tarde fue la llave con la que la Corte Suprema acabó con el Apartheid a partir de los años 50.

El problema, cómo siempre, es donde poner el límite. Si nacer en los Estados Unidos no te convierte en ciudadano estadounidense, ¿qué lo hace? ¿que tus padres sean ciudadanos? ¿acaso sólo uno de tus padres? ¿un examen? ¿un color de piel? Y si un bebé nace en EE.UU. y no se le concede la nacionalidad, ¿qué nacionalidad tiene? ¿Es un apátrida?

Es prácticamente imposible que una propuesta así salga adelante en el Congreso con las mayorías necesarias para reformar la Constitución, pero no deja de ser significativo que en año electoral los conservadores agiten una vez más el fantasma de la inmigración en un país fundado y mantenido por inmigrantes. El racismo tiene un papel electoral que jugar cada vez mayor en un país donde una de cada diez personas en edad de trabajar está en el paro, no hay duda de que hay votos allí pero no sé si el premio merece el precio a pagar en división y libertades.

De propina: no me puedo creer que los demócratas piensen que van a ganar las próximas elecciones de mitad de mandato compitiendo contra George Bush otra vez. Me parece que la paliza va a ser espectacular como sigan empeñados en hablar como hace dos años. Lástima que ya no esté en la Casa Blanca, sino tranquílamente retirado en su rancho de Texas.

La bola de cristal: no tengo claro que Rand Paul pueda ganar su escaño como senador de Kentucky pero a la vez no puedo creer que un republicano pueda perder Kentucky este año precisamente.

1 comentario:

  1. Es ruido pre-electoral que quedará en nada. Ser duro frente a la inmigración es popular, y más en las miterms porque el perfil del votante que se toma la molestia de movilizarse suele ser más blanco y autóctono.

    Es verdad que los demócratas continuan con el "blame Bush". No es ya una estrategia efectiva porque en USA más que en ninguna parte las elecciones suelen ser sobre el futuro, no sobre el pasado.

    Rand Paul ganará. Veo muy improbable que los republicanos pierdan ninguno de los escaños que actualmente ocupan. La única excepción podría ser el de Florida y sólo por una cuestión fuera de lo común, que gane un republciano convertido en independiente.

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