No es que la lista sea muy larga, pero lo cierto es que hay cierto movimiento en algunos sectores republicanos a favor de la reforma sanitaria. El GOP ha tratado de sacar el máximo partido del asunto para descartar a Obama, pero han sufrido un par de deserciones en los últimos días.
Si los demócratas centraban sus esfuerzos en convencer a moderados como la senadora de Maine Olympia Snowe, ahora los apoyos han salido por otro lado. El ex-líder republicano en el Senado, Bill Frist, ha declarado que si todavía estuviera en la cámara, es probable que hubiera acabado votando a favor de la reforma. Hoy ha sido el gobernador de California, Arnold Schwarzenegger.
No es casualidad que uno haya abandonado la vida política y que al otro le quede muy poco (elecciones en un año). Cuando uno no se juega nada, se puede permitir hablar con sinceridad en más ocasiones. Los poderosos lobbies sanitarios a los que les interesa mucho matar la reforma no tienen mucho que ofrecer a esta gente que esta de vuelta. Con los otros les está saliendo bastante bien.
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