martes, 24 de febrero de 2009

Y no estaba muerta, no no

La noticia más importante que da un juez de la Corte Suprema en toda su vida suele ser su propia muerte. Ya sabéis, como el presidente tiene que nombrar sucesor, una fallecimiento en el banco de la Corte Suprema lleva aparejado una nueva edición de rumurología y apuestas que gustan mucho en los ambientes políticos.

El senador republicano Jim Bunning, de Kentucky, ha querido adelantarse demasiado al señalar que la jueza Ruth Bader Ginsburg podría fallecer pronto. Lo ha declarado el mismo día en que regresaba a la Corte después de que un tratamiento por cáncer de pancreas a sus 75 años... ante la tormenta, horas después ha dicho que no quería ofenderla y que es una gran noticia verla de nuevo en el Tribunal. Tal vez el problema sea que Ginsburg es una político conservador, que dijo que a él le gustan los jueces conservadores y que iba a poder demostrarlo muy pronto. Humor negro en mala hora.

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