Entre las virtudes que Dios le otorgó a Donald Trump no está la humildad (ni el buen gusto, pero eso es para otro día) y ha desembarcado en la carrera electoral con su gigantesco ego, bien alimentado por unas encuestas que demuestran que los votantes republicanos le miran, cuando menos, con interés. Él, lo tiene claro.
En 1987 ya expresó interés en la presidencia pero en 2000, casi parecía que se lo iba a tomar en serio. El problema, según él, es que "los republicanos están demasiado locos". En su libro escrito entonces, "La América que merecemos", dejó bien claro que los estadounidenses deberían tener acceso a un sistema sanitario universal: "soy conservador en la mayoría de los asuntos, pero liberal en ése". Ooops... eso no va a gustarle a los votantes de primarias, que odian a Obama por mucho menos. Les hará especial ilusión la parte en que recomienda tomar como ejemplo el sistema canadiense.
También les encantarán sus propuestas de aumentar impuestos, que ya le han valido la "condena" del lobby fiscal Club for Growth. También se ha mostrado a favor de las reformas de la financiación de campañas que aterrorizan a los republicanos, por no mencionar su oposición a la Guerra de Irak o su apoyo a políticios demócratas como Nancy Pelosi... sin contar sus cambios de opinión respecto al aborto. Pero eso a él no le importe, porque si se presenta será poco menos que por un mandato divino para salvar el país. "Desearía no tener que hacerlo", ha dicho, como si fuera Jesucristo con eso de "Señor, aparta de mí este cáliz". Tal vez su plan revolucionario para ganar sea arrebatar a Obama el voto negro, nunca se sabe.
La bola de cristal: por seguir con romney, me parece evidente que va a "pasar" de Iowa y South Carolina. Su batalla está en New Hampshire.
"No oigo a los demócratas hablar de Tim Pawlenty o de cualquier otro, sólo hablan de Trump. Te lo digo, soy su peor pesadilla. No soy la persona contra la que quieren competir. Ellos lo saben y yo lo sé"Prescindiendo del uso de la tercera persona, como si fuera Aída Nízar, Trump está convencido de que es el elegido para acabar con Obama. Este forma de hablar que muchos considerarían arrogante, algunos estadounidenses la encuentran más bien atractiva. El triunfador, el protagonista de un sueño americano... es la única explicación para qué cuando le preguntaron por el informe financiero que debe hacer un candidato, dijo lo siguiente:
"Estoy muy interesado en hacer públicas mis riquezas porque son enormes. Mucho más de lo que nadie sabe, mucho más de lo que nadie comprende"Esta elevada confianza en sí mismo es útil para un candidato y graciosas para algunos votantes, pero no sé yo si tendrá largo recorrido en unas primarias. El dinero ayuda pero Trump ha estado muchos años en la vida pública y eso simpre es un problema, especialmente cuando la discreción no va contigo. No me refiero ni siquiera a sus escándalos familiares y a su divorcio, tampoco a su participación en un reality, sino más bien a la catarata de declaraciones que no gustarían mucho a los votantes de republicanos si profundizan en su currículum:
En 1987 ya expresó interés en la presidencia pero en 2000, casi parecía que se lo iba a tomar en serio. El problema, según él, es que "los republicanos están demasiado locos". En su libro escrito entonces, "La América que merecemos", dejó bien claro que los estadounidenses deberían tener acceso a un sistema sanitario universal: "soy conservador en la mayoría de los asuntos, pero liberal en ése". Ooops... eso no va a gustarle a los votantes de primarias, que odian a Obama por mucho menos. Les hará especial ilusión la parte en que recomienda tomar como ejemplo el sistema canadiense.
También les encantarán sus propuestas de aumentar impuestos, que ya le han valido la "condena" del lobby fiscal Club for Growth. También se ha mostrado a favor de las reformas de la financiación de campañas que aterrorizan a los republicanos, por no mencionar su oposición a la Guerra de Irak o su apoyo a políticios demócratas como Nancy Pelosi... sin contar sus cambios de opinión respecto al aborto. Pero eso a él no le importe, porque si se presenta será poco menos que por un mandato divino para salvar el país. "Desearía no tener que hacerlo", ha dicho, como si fuera Jesucristo con eso de "Señor, aparta de mí este cáliz". Tal vez su plan revolucionario para ganar sea arrebatar a Obama el voto negro, nunca se sabe.
"Tengo una gran relación con los negros. Siempre he tenido una gran relación con los negros"De propina: Mitt Romney está en perfecta capacidad de arrebatar a Obama un estado tan fundamental como Florida, de dar batalla por la presidencia, pero para llegar hasta allí tendría que ganar antes la nominación y eso es difícil diciendo cosas con sentido común. El último ejemplo: que cree que el presidente nació en Estados Unidos. Por eso le ponen la cruz algunos radicales.
La bola de cristal: por seguir con romney, me parece evidente que va a "pasar" de Iowa y South Carolina. Su batalla está en New Hampshire.
En la vida conseguiría Trump ganar la nominación, pero, así a lo tonto, puede tener un efecto importante al restar votos a candidatos. A priori, dado el perfil de Trump, parece que jugaría en la categoría de Rommey (buen gestor económico), pero con el populismo de Palin o Bachmann aunque alejado de su conservadurismo social. Si consigue instalar la campaña en un nivel de espectáculo alto, no creo que le venga nada bien a Pawlenty o Hustman.
ResponderEliminarVamos, que no logrará nada, pero para revolucionar sí que tiene potencial!