miércoles, 11 de agosto de 2010

Noche de primarias en Colorado


El senador demócrata de Colorado Michael Bennet ha salvado el pellejo en las primarias demócratas. La Casa Blanca ha respirado tranquila porque había apostado fuertemente por él ante su rival Andrew Romanoff y ha triunfado a pesar de la ola antioficialista que recorre el país. Bennet fue nombrado para el puesto después de que Ken Salazar dejara el escaño para entrar en el gobierno de Obama y se enfrentará en la general a Ken Buck, un republicano estilo Tea Party que ha derrotado a la candidata favorita del GOP de Washington, Jane Norton.

El senador Bennet ha podido (de momento) contra la antipatía que provocan entre los votantes los senadores designados y lo ha hecho con una curiosa estrategia. Venir desde Washington para hacer campaña contra Washington. Contra todo pronóstico, su apuesta antsistema ha salido bien, tal vez porque lleva en el cargo poco más de un año y sin hacer mucho ruido.

De propina: ha muerto el ex senador republicano de Alaska Ted Stevens, una leyenda de la cámara y del estado que él mismo ayudó a fundar. Paso casi cuatro décadas en el Senado hasta que perdió la reelección frente al demócrata Marc Begich entre acusaciones de corrupción. Él nunca ocultó el hecho de que usaba toda su influencia, y era mucha, para llevar dinero a su aislado y empobrecido estado. Uno de sus ejemplo más famosos: el puente a ninguna parte.

La bola de cristal: Newt Gingrich dice que discurso de valores familiares no se ve afectado por sus infidelidades matrimoniales: "la gente necesita escuchar lo que tengo que decir, no mis acciones". Y esas declaraciones no van a afectar ni un poquito su credibilidad ante las bases.

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