lunes, 9 de mayo de 2011

El primer debate de las primarias republicanas: ganadores y perdedores

"Es como un concurso de belleza en el que todas las mujeres son feas". Ese fue el comentario de un estratega republicano sobre el primer debate de la temporada de primarias que se celebró el pasado jueves en South Carolina. Una cita en la que brillaban más las ausencias que las presencias: no estaba Mitt Romney, ni Newt Gingrich y por supuesto tampoco Mike Huckabee, Mitch Daniels, Donald Trump o Sarah Palin. El único candidato de los "gordos" era Tim Pawlenty y el escenario lo completaban algunos candidatos menores: Herman Cain, Gary Johnson, Ron Paul y Rick Santorum.


Si hay que buscar un ganador la mayoría señalan al ex gobernador de Minnesota Tim Pawlenty, que pasó por el escenario sin mancharse las manos. Su estrategia, por supuesto, fue debatir los menos posible con los "enanos" que le rodeaban y concentrarse en enfrentarse a los que no estaban allí: Obama y Mitt Romney. Dio una imagen seria pero presidencial y sus disculpas por haber "creido" en el cambio climático son significativas de que este esfuerzo presidencial va en serio. Casi tanto como el hecho de que todas las réplicas demócratas a lo dicho en el debate no han sido más que para él. Le toman en serio, al menos.


Donde surgió la sorpresa fue entre los candidatos "menores". En esa carrera por destacar el ex senador de Pennsylvania Rick Santorum hizo un buen papel y Ron Paul demostró que tiene mucho que decir y que recauda dinero suficiente para decirlo. Pero a los "focus group", los grupos de votantes que se utilizan para medir la actuación en un debate, quien les gustó fue el desconocido empresario Herman Cain. Nadie sabe si es sólo una forma de decir "ninguno de los anteriores" o si este caballero de verdad tiene una oportunidad de unirse a los candidatos "grandes".


De propina: mira si el debate estaba descafeinado que al Speaker de la Cámara de Representantes John Boehner, el republicano más poderoso del país, le cogieron cenando por ahí y sin verlo. "Aún queda tiempo para que se presente más gente", dijo.


La bola de cristal: si el gobernador de Indiana Mitch Daniels  sigue pensándoselo tanto  y no se decide a entrar en liza, se le va a hacer demasiado tarde como para ganar. Ya ha pasado antes.

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