Los signos eran muchos y su victoria, finalmente, llegó. Un éxito casi total en las principales primarias republicanas que todo el mundo estaba observando.
En Delaware Christine O'Donnell, consejera de abstinencia sexual, es la nominada republicana al Senado tras imponerse con relativa comodidad a Mike Castle, un republicano centrista y ex-gobernador con un gran historial electoral en el estado. En New York Carl Paladino, también apoyado en el Tea Party, ha sorprendido a todo el mundo deshaciéndose del candidato establishment Rick Lazio y convirtiéndose por tanto en el nominado republicano a Gobernador. Y la nominación republicana al Senado por New Hampshire pende aún de un hilo: muchas horas después del cierre de las urnas todavía refleja casi un empate entre el candidato Tea Party Ovide Lamontagne y Kelly Ayotte.
Así que el Tea Party se ha apuntado una de las mejores noches de su historia, en mi opinión, aunque en las primarias a gobernador de Wisconsin su candidato Mark Neumann ha perdido contra Scott Walker.
Y sin embargo... lo que más se oye ahora mismo es cómo esos candidatos algo extremistas pueden perjudicar a los republicanos en noviembre. Esas fuentes bien informadas, "un estratega republicano de máximo nivel", por ejemplo, ya empiezan a circular por ahí rumores de que el partido no pondrá dinero en la campaña de O'Donnell en Delaware porque, con ella como candidata, no ven el asiento "ganable". Y así en otros tantos sitios.
Yo creo que algo de eso hay, sobre todo en Delaware, pero también digo que cuando muchos de estos candidatos Tea Party cambien el chip de primarias a generales no van a sonar tan aterradores como ahora al votante "mainstream". Otra cosa es que en su mente sigan igual y que luego gobiernen igual, pero dudo que se vayan a dedicar a aterrorizar centristas de aquí a noviembre.
De propina: y por cierto que el poderoso congresista neoyorquino Charlie Rangel ha arrasado en su primaria demócrata, llevándose más de la mitad del voto y con el doble de sufragios que el más votado de sus cinco rivales. Ahora la victoria está asegurada en noviembre... Con acusaciones de corrupción y todo, como en casa.
La bola de cristal: la derrota de Adrian Fenty es una mala noticia para los gestores. A pesar de sus éxitos en educación y criminalidad, haber estado ajeno a los politiqueos de la capital durante un par de años le ha pasado una cara factura. Vincent Gray le ha derrotado por la nominación demócrata y es, casi sin duda, el futuro alcalde de Washington DC.
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miércoles, 15 de septiembre de 2010
La gran noche del Tea Party (y sus consecuencias)
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