Es oficial. Obama abordará este mismo año la reforma migratoria, que incluirá una vía hacia la legalidad para los doce millones de inmigrantes irregulares que hay en Estados Unidos. De este modo, el presidente cumple un compromiso con el electorado hispano que tanto le apoyó en su camino a la Casa Blanca y que había dado muestras de descontento al sentirse relegado en la agenda de la nueva administración.
El Presidente hablará del tema en verano y se reunirá con legisladores y grupos de presión durante el verano para afinar una propuesta. Es absolutamente predecible que se va a liar una buena a cuenta de este asunto, que provoca grandes divisiones en la sociedad y en el Congreso. Aún así, que nadie se equivoque, Obama ha dejado bien claro que la inmigración va por detrás de la Sanidad y la Energía en su lista de prioridades. Si se gana muchos enemigos en esas batallas, podría llegar sin fuerzas.
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